A pocas horas para que comience el clásico, la comunidad madridista se hacía fuerte por redes y se encargaba de acogerse a cualquier religión, santo o ser superior para congregarse de cara al partido de esta noche.
Su fútbol necesita de esa plasticidad de un juego galáctico, arrollador y con hambre de remontar una eliminatoria con mucho morbo. Quedarse fuera a estas alturas significaría tirar otro título por los aires y el equipo de Ancelotti se la juega en un mes de abril, dónde la Champions también está en juego a menos de una semana.
El momento de Carlo Ancelotti
Carletto es un hombre experimentado y sabe de lo que habla cuando se trata de partidos importantes. Siente al Real Madrid por encima de todo, como muchas veces a declarado ya, pero su puesto cada vez está más en duda visto que los resultados no le han acompañado del todo.
Débil en algunos tramos de la campaña, o decisiones erroneas que le han condenado en exceso, han provocado que el baile de nombres en estos últimos días sea cada vez mayor la quiniela.
Sus números frente al Barça de Xavi no le acompañan y sus últimos tres derrotas consecutivas, han provocado que muchos se hayan fijado en un amuleto como el de su antecesor: Zinedine Zidane. El francés, hombre ágil en las batallas, siempre fue muy efectivo en el verde ante cualquier rival.
Este a diferencia de su gran valedor, el italiano, supo reaccionar a tiempo y sus números le delatan: ninguna derrota en el Metropolitano, en el Camp Nou o en el Allianz Arena, además de no haber perdido ninguna final que ha disputado.
El balance de Zidane en el Camp Nou
En total fueron once choques los que disputó ante los culés con un veredicto final de 6 partidos ganados, 3 empatados y 2 perdidos. En el feudo azulgrana fueron seis las veces que se midieron consiguiendo un balance de tres victorias y tres empates.
Su victoria más abultada fue de 1-3 que repitió dicho resultado hasta en dos ocasiones: uno en una final de Supercopa de España y otro en el campeonato doméstico.
La situación del Real Madrid
Su capacidad para resolver todos estos retos asustaba y en noches como las de hoy, su antídoto y duende se echarían de menos. El grupo es prácticamente el mismo, aunque no la sintonía de los futbolistas.
Algunos, más jóvenes o más castigados, han tratado de trazar un plan perfecto en el que a los los seguidores madridistas no les queda otra que confiar. La propuesta de Ancelotti parece ser seria, pero faltará ver lo que tienen delante en territorio hostil.
Veremos qué ocurre entonces y si estos son capaces de darle la vuelta a la eliminatoria. Hoy se necesita al mejor Carletto de todos, ese que concluye todas sus ideas mascando ese chicle interminable. Las mejores batallas son para los grandes soldados. El madridismo desea estar en La Cartuja de Sevilla en el próximo mes de mayo.