Fue tras la conquista de La Quinta ante el Eintracht de Frankfurt por siete goles a tres. Aquella tarde, en el estadio Hampden Park de Glasgow, el Real Madrid conseguía ante 135.000 espectadores ganar su quinta Copa de Europa consecutiva, lo que provocó que los periódicos más importantes del mundo fijaran sus miras en la gesta deportiva del equipo español.
Uno de ellos fue el diario británico The Times, donde en la crónica del partido se podía leer: “El Real Madrid se pasea por Europa como antaño se paseaban los vikingos, arrasándolo todo a su paso”. Y desde entonces la relación entre el Real Madrid y los vikingos quedó anexionada a la historia de Chamartín. A pesar de ello, no fue hasta años más tarde cuando el término se popularizó entre el público y la prensa española.
Con la llegada en los años 70 de jugadores como los alemanes Günter Theo Netzer, Paul Breitner y Uli Stielike o el danés Henning Jensen, la prensa ya tenía actores caracterizados con bigote y melenas a los que montar en un drakkar (barco vikingo) y poner rumbo hacia la conquista europea. Si a ellos sumamos que en los 70 se empiezan a extender con mayor difusión las noticias a través de la televisión, ya tendríamos la historia del Real Madrid y los vikingos hecha carne.
De estos dos hechos nació la literatura blanca relacionada con todo lo vinkingo. Han sido muchas las crónicas donde se ha resaltado este espíritu del Real Madrid y es que hay muchas formas de ganar, pero los vikingos en múltiples ocasiones lo han hecho avasallando a su rival independientemente de la talla que tuviera.
Solo hay que hacer un repaso a la magia que rodea al club blanco en la Copa de Europa, su hábitat natural. Donde no solo ha ganado finales, sino que lo ha hecho arrasando a sus rivales, tanto en aquella época gloriosa de los Di Stéfano, Puskas, Rial y Gento donde un periodista inglés comparaba al equipo español con aquel pueblo nórdico que salió de su hogar para conquistar Europa de forma arrolladora. Como en la historia más reciente con Ramos y Cristiano a la cabeza, donde Atlético de Madrid, Liverpool o Juventus han sufrido recientemente resultados muy abultados en una final de la competición más importante de clubes, la Copa de Europa, donde parece que este orgullo se extiende y aniquila a cualquier rival.