La retirada de Mesut Özil dejaba al madridismo con el corazón encojido. El talentoso mediapunta fue una de las sensaciones más brillantes de la pasada época, y es que tanto sus goles como asistencias eran una auténtica gozada.
Ágil jugando, rápido moviéndose e interpretando el juego a las mil maravillas, este se asoció con compañeros de la talla de Cristiano Ronaldo, Benzema o Di María, aportando mucha chispa al equipo blanco.
Aún así su trayectoria profesional también dio muchas vueltas y su anticipado adiós del Bernabéu, posiblemente, precipitó sus mejores años como jugador. Tras 645 partidos, colgaba las botas ayer tras casi 17 años como profesional.
Sus pasos en el fútbol
Su debut en el fútbol de élite lo hacía con la mayoría de edad todavía sin cumplirse, apenas contaba con 17 años, nueve meses y 28 días y el chico ya pateaba el balón como si hubiera nacido aprendido.
Su proyección en España se haría tras el Mundial de Sudáfrica, aquel que la selección de Vicente Del Bosque la hizo campeona del mundo. De la mano de Mourinho en el banquillo del club, lo puso a jugar para enlazar el medio campo y la zona de ataque y el tipo lo bordó.
Su visión de juego era feroz y medía unos pases de manual, con un guante caía el balón a sus compañeros.184 partidos en la Premier League, 105 en Liga y 101 en Bundesliga son sus principales números.
Este era más asistente que goleador, pero ambas cosas se le daban bien. Registros de 114 goles por 222 asistencias.
Los números de Özil impresionaban
Cifras de auténtico crack que se traducen en su pase por los diferentes clubes que militó: Schalke 04, Werder Bremen, Real Madrid, Arsenal, Fenerbache o Basaksehir, han sido su escuela. En el Bernabéu lució aquel mágico “10” hasta en 159 ocasiones, transformando 27 tantos y 81 pases de gol.
En el apartado de títulos, es de los pocos jugadores que cuenta con un Mundial, el de Brasil en 2014, además de la Liga de los récords en la 2011/12, Copa del Rey o Supercopa de España. Con los “gunners” también se lució bastante y es que sacarlo de Chamartín costó demasiado barato.
Por solo 50 kilos lo dejaron ir a Inglaterra y aquel talentoso jugador se fue desvaneciendo con el tiempo. Su adiós siempre lo ha relacionado con una mala gestión de su agente, quién no era otro que su padre. Este siempre se arrepintió y quién sabe qué hubiera haber sido de él de haber continuado. Todos los héroes llevan capa.