El partido de ayer dio mucho que hablar y más si cabe todo se denota en el aspecto táctico. El Mallorca se llevó la victoria por la mínima con un resultado muy ajustado y sin tirar una vez a portería en los noventa minutos. Se encontraron con el gol de Nacho en propia puerta, y eso les bastó.
Todo el encuentro se convirtió en un auténtico monólogo de patadas del equipo bermellón. Sobre el número de faltas pitadas por el árbitro. Hasta 29 veces se llevó el silbato a la boca el colegiado con un pronóstico extraño: el duelo se saldó con las mismas cartulinas amarillas para los dos equipos, cinco a cada uno.
La persecución al madridismo
Unos números que preocupan al madridismo y más viendo tal y como se llevó toda la situación. Varios jugadores se olvidaron del partido y desquiciaron directamente a Vinicius. Este no tuvo su mejor día y lo acabó acusando de malas maneras.
Pero en partidos como estos se demuestran cómo y por qué el Real Madrid es uno de los equipos más grandes del mundo. Los rivales se preparan a consciencia para plantarles cara y sacar, posiblemente, el mejor duelo de la temporada.
La visita del Real Madrid es recibida de forma hostil en cada estadio al que acuden. Los rivales sacan sus colmillos y tratan de hacerlos añicos vilmente. Una comparativa que parece que con el FC. Barcelona no ocurre.
La diferencia entre unos y otros
Si analizamos su partido, el mismo que se disputó en tierras baleares, nos daremos cuenta que el conjunto bermellón, entrenado también por Javier Aguirre realizó un partido mucho menos tenso, solo provocando un total de 9 faltas con dos amarillas.
Hasta el conjunto culé hizo más acciones irreglamentarias con más amonestaciones. Unos números más que claros y que manifiestan la persecución con un mismo patrón. Parar al Real Madrid como sea. De hecho, el entrenador del Mallorca, tiene a merengues y culés como los dos equipos a los que más veces se ha enfrentado.
Han sido un total de 26 y 25 veces. Al equipo de Chamartín lo ha ganado más veces, cuatro, que a los catalanes, solo con dos victorias. Esto ya denota numerosas conclusiones negativas en una sola dirección. Alguien debe parar dicho escarnio. La envidia de ser campeón.