El Real Madrid es un equipo capaz de sorprendernos a diario. Una sensación única que solo sucede en este equipo. Esta es la fórmula de renovar nuestras alegrías cada vez que nos cuentan algo sobre este equipo.
Pero si algo nos tiene que asombrar es el gran número de jugadores que han militado en esta institución. Jugadores de todo tipo que han sido fundamentales en la historia del club. Sin ir más lejos, hasta las leyendas de otros equipos han pasado primero por el Real Madrid.
Hablamos de Poli Rincón, canterano merengue e histórico del Betis que jugó a un grandísimo nivel en España pasando por varios equipos: Recreativo de Huelva, Real Madrid, Real Valladolid o Real Betis. Esos fueron sus pasos en las quince temporadas como profesional con 286 partidos jugados.
Para no olvidar su participación en el histórico España-Malta en el que el combinado nacional, venció por 12-1 y él anotó cuatro de los goles. Quién se quedó el balón de aquel encuentro fue el madrileño.
Poli Rincón, un histórico de La Liga
La mayoría de ellos los jugó en primera división con madrileños y béticos, pero dónde alcanzó más títulos fue en Concha Espina. En el Bernabéu consiguió dos títulos de los tres que ha ganado en toda su carrera: una Liga y una Copa. Las dos en la misma temporada en la de 1979/80.
En total vistió la elástica blanca durante tres campañas. Con 21 años fue su primera, pero aquello fue algo testimonial ya que no se registra ningún partido jugado. Ni como titular ni como suplente
En ese caso, la competencia era muy alta y el era muy joven. Era difícil jugar en un equipo de esas características y tuvo que salir cedido en el mercado de invierno. Llegó a Pucela para vivir una gran explosión de su fútbol.
Desde enero hasta junio, su juego impresionó a todos. Lo jugó prácticamente todo. Catorce partidos como titular disputando los noventa minutos en diez de ellos. Solo fue suplente en cuatro.
Su primera temporada como jugador madridista
Esos números y registros le permitieron volver de nuevo al equipo blanco para quedarse dos temporadas más. La primera de ellas, fue más exitosa que la segunda. Fue cuando se alzó con el doblete.
Luis Molowny sería su técnico aquella temporada y lo acabaría alineando hasta ocho veces, marcando dos goles. Todos ellos los disputó en la competición doméstica, ninguno de Copa de Europa ni de Copa del Rey.
De aquellos partidos, solo fue titular en uno contra el Real Sporting en abril. Pero su mejor partido llegó antes, en la jornada cinco de Liga, cuando corría el mes de octubre. Jugando en casa, en un partido ante el Zaragoza, su participación fue fundamental.
Saltó al terreno de juego en los segundos cuarenta y cinco minutos. Entró al verde en detrimento de Laurie Cunningham, quién le tapó su proyección la mayoría de veces. Entró con el partido perdido y en dos jugadas en el 63 y 83, logró anotar sus dos únicos goles en su trayectoria como blanco.
Su segunda temporada de blanco: más de lo mismo
En su segunda campaña, los números prácticamente se repitieron. A pesar de haber un cambio de entrenador, Vujadin Boskov, todo siguió igual. Otro repóquer de partidos para él, pero esta vez sin disfrutar de goles.
Con el serbio, quizá tuvo más continuidad ya que completó hasta tres encuentros como titular. Un derbi, Almería y Sevilla fueron las tres veces que repitió en el once de inicio. Por los demás partidos, jugó otros ratitos como en la campaña anterior.
La competencia le obligó a salir del club
Por delante suyo había jugadores de la talla de Santillana o Juanito. En un vestuario que también lo compartió con Del Bosque, Pirri o Stielike. Todos ellos llevan años de experiencia y su ambición por jugar, acabaron por sacarle del club.
Aterrizó en el Real Betis, dirigido por Luis Aragonés. Un traspaso que se dio a cambio de 180 mil pesetas. Tenía 24 años y una carrera muy prometedora. Esa fue su última vez que pisó el Bernabéu, para hacer carrera en el Benito Villamarín, pero sin lograr muchos éxitos más.