Algunos apenas lo recordarán, pero el debut de Luka Modric fue hace ya muchos años. Once para ser exactos con el Real Madrid de Mourinho, en un mercado de verano cuándo llegó como fichaje estrella tras ponerse en rebeldía con su club y aterrizar en el Bernabéu para ser la transición perfecta para el mediocampo blanco.
El técnico portugués fue su principal valedor y quién se interesó por él para equilibrar las carencias que tenía la medular blanca. Con el balcánico terminaron de golpe esas dudas y su pausa y mimo con el balón hicieron el resto.
Mourinho lo hizo debutar en una Supercopa de España, cuándo esta todavía se celebraba en España, era a doble partido y solo participaban dos equipos: campeón de Liga y de Copa.
Modric empezaba a deslumbrar
El Real Madrid partía como principal favorito ante un FC. Barcelona que empezaba a diluirse con el paso del tiempo. Estos dos eran los únicos que se peleaban los títulos, una costumbre que no ha cambiado.
El Real Madrid tenía todo ganado en aquel partido de vuelta en el Bernabéu, todavía sin proyecto de reforma y arrebosar que estaba en un mes de agosto caluroso.
Ocasión ideal para empezar a foguear a un menudo jugador croata que llegaba del fútbol de choque como la Premier League, para sacarse la chistera y empezar a maravillar a su afición.
Su debut ocurrió desde el banquillo con el partido prácticamente resuelto. El marcador no sellaba lo mismo con un 2-1, pero sí lo hacía el juego con un Real Madrid volcado, tocando y durmiendo la posesión. Luka le tomó el testigo a Özil y este entraba ovacionado al verde. Nada más llegar ya dio sus primeras indicaciones y el resto ya es historia.
Las prestaciones de Modric
Combinaciones con sus compañeros, triangulaciones y búsqueda del tercer hombre. El jugador en aquel entonces jugaba algo más liberado y más cerca del área. Situación que con el tiempo ha ido modificando. El croata pudo hasta marcar en una ocasión que tuvo ante Valdés, pero este se la atajó.
Pocos pueden decir que debutaron jugando un clásico, pero la carrera de Modric como madridista no podía empezar mejor. A la postre también se acabaron llevando un título y Luka ya se hacía fotos con sus nuevos compañeros: arropado por Casillas o Ramos, el rubio bajito tan solo empezaba a enamorar a un estadio entregado por su calidad.
El Real Madrid siempre le estará agradecido por todos sus servicios. Veremos cuándo es el momento que se retire, pero hay muchos que ya le quieren ofrecer un contrato vitalicio. Aunque, a decir verdad, solo dependerá de él.