No habían ni transcurrido los primeros cinco minutos cuándo el marcador ya era favorable al Real Madrid. Gol de Rodrygo en el 1:48 gracias a una genialidad de Vinicius que nadie la vio venir.
La magia del brasileño no tiene techo
El brasileño era prácticamente el primer balón con el conectaba y con una finta conseguía librarse del primer rival. Tras engañar con el cuerpo y tirarse el balón para adelante, había quién pensaba que se le iría largo, pero nada más lejos de la realidad.
Otro recurso de genio, casi encima de la línea de cal, prácticamente sin espacio volvía a romper la cadera a la zaga rojilla que con apenas parpadear una vez el balón ya salía disparado hacia Rodrygo en boca de gol.
Una ejecución de libro
Este debía empujarla y vaya si lo hizo. Aridane hizo la estatua y el tanto entraba fácilmente por el costado diestro de la portería.
La diana se la apuntaban a Rodrygo, pero tres cuartos del gol era de su compatriota: pura magia. Los más retrasados posiblemente ni lo hayan visto, pero será de los goles que se recuerden: uno más para la colección de Vini.