La rivalidad entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona es la más grande que existe en el fútbol. Son los dos equipos más grandes del fútbol español y los dos más globales que hay en el mundo. Madridistas y culés son antítesis en valores, estilos, cantera y en todo lo que representan uno y otro club. El Barcelona, a pesar de que vivió uno años maravillosos con Pep Guardiola y Leo Messi, siempre ha estado a la sombra de los blancos, pues ha sido el equipo más ganador de la historia del fútbol.
Los títulos de uno y otro están ahí. 35 Ligas y 14 Copas de Europa por parte del Real Madrid, por 26 Ligas y 5 Copas de Europa por parte del Barcelona. Los culés siempre han tenido cierto complejo de inferioridad con el conjunto merengue. Para ellos, el Clásico es el partido más importante de la temporada, mientras que para el Real Madrid, aunque no es un partido más, no se lo toma de la manera que lo hacen los barcelonistas.
Antiguamente, el Barça salvaba la temporada si conseguía vencer al Real Madrid, aunque no se ganase títulos durante el año. Y ahora parece que esa mentalidad se ha vuelto a imponer, pues para los culés el 0-4 del curso pasado en el Bernabéu fue suficiente, aunque ellos no ganasen nada y los de Ancelotti se hicieran con la Supercopa de España, la Liga y la Champions.
El origen de la rivalidad Real Madrid-Barça
El primer Clásico de la historia entre el Real Madrid y el Barcelona se disputó el 13 de mayo de 1902 (año de la fundación del club blanco), en las semifinales de la Copa de la Coronación. El Madrid Club de Fútbol acababa de fundarse, mientras que el Barcelona ya tenía tres años de historia (1899). Los catalanes, al tener mucha más experiencia, se impusieron a los madrileños por 3-1.
En aquellos años, la Liga aún no existía, por lo que se disputaban campeonatos territoriales. La Copa la jugaban los campeones regionales, que se iban enfrentando entre sí en partidos de ida y vuelta. En 1916, Real Madrid y Barcelona se volvieron a enfrentar en unas semifinales de Copa, lo que daría comienzo a una rivalidad legendaria y centenaria.
El partido de ida se jugó en el campo del Espanyol el 26 de abril de aquel año. Ese encuentro acabaría con victoria barcelonista por 2-1. Y en el choque de vuelta, el Real Madrid ganaría en el campo del Atlético de Madrid con un contundente 4-1. Al no contabilizarse los goles de los dos partidos en aquella época, se jugaría un partido de desempate.
El encuentro de desempate acabaría 4-4, por lo que se disputó posteriormente una prórrogan en la que se marcaron dos goles más para ambos equipos. Volvieron a enfrentarse dos días después y el Madrid acabó ganando 4-2 en la prórroga. El Barça se enfadó muchísimo ya que protestaron un penalti en contra y un gol en fuera de juego. Los culés se retiraron del campo provocando un escándalo mundial. Los madridistas criticaron el mal perder de los barcelonistas y estos señalaron al árbitro del partido de haber favorecido al Madrid.