Mateo Kovacic fue un futbolista del Real Madrid que jugó en Chamartín tres temporadas (2015-2018). A pesar de su efímero paso por el Santiago Bernabéu, el palmarés del croata en el conjunto blanco es impresionante: una Liga, una Supercopa de España, tres Ligas de Campeones, dos Supercopas de Europa y dos Mundiales de Clubes. En tres años conquistó tres Champions, un registro único en la historia del club.
Jugó más de 100 partidos con la elástica merengue, pero nunca fue titular indiscutible, por lo que, en el verano de 2018, tras la finalización del Mundial de Rusia (donde fue subcampeón del mundo con Croacia), fichó por el Chelsea, equipo en el que sigue todavía. En Stamford Bridge ha ganado una Europa League, una Comunty Shield y otra Champions, por lo que Kovacic ya suma cuatro en su carrera.
Aunque no fuera nunca un indiscutible en el Real Madrid, Mateo Kovacic sí que fue un jugador muy útil en la plantilla. Era el principal centrocampista revulsivo para los miembros de la CMK (Casemiro, Modric, Kroos) y completó grandes actuaciones y grandes partidos en el tiempo que defendió los colores madridistas. Llegó en el verano de 2015, procedente del Inter de Milan, que se vio obligado a venderlo para cumplir con el Fair Play Financiero de la UEFA.
La huella que dejó Kovacic en el Real Madrid
Aunque estuvo poco tiempo, Kovacic logró dejar una buena huella en el Real Madrid. Además de las conquistas de las tres Champions en sus tres años como madridista, el futbolista croata es el jugador con más de 100 partidos en el Madrid que menos derrotas sufrió en toda la historia del club; apenas perdió diez encuentros.
Debutó con el Real Madrid en la primera jornada de la la Liga ante el Real Sporting de Gijón, entrando como sustituto en la segunda parte de un encuentro que terminó con empate 0-0, y anotó su primer gol en la victoria por 8–0 frente al Malmö el 8 de diciembre de 2015 correspondiente a la sexta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Finalizó su primera temporada con un rol secundario dentro del equipo que, sin embargo, le llevó a disputar un total de 34 partidos siendo el primer jugador de recambio para los centrocampistas, ocupando cualquiera de las tres posiciones. De ellos, ocho partidos y el citado gol frente al conjunto sueco ayudaron a que el equipo ganara su undécima Copa de Europa y su primera como jugador.