El Real Madrid es el club deportivo más importante del mundo y, como tal, el ambiente de presión siempre es muy alto. La exigencia no se discute en una atmósfera donde todo lo que no sea ganar -y ganar siempre, hay que recalcar- es sinónimo de fracaso.
El mejor equipo de fútbol del siglo XX, según el propio criterio de la FIFA, siempre se ha caracterizado por su voracidad. La impaciencia siempre ha estado a la orden del día en Chamartín y eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Bernd Schuster, que primero jugó en el Madrid en las postrimerías de los años ochenta y luego fue entrenador del equipo entre los 2007 y 2008, lo ha ejemplificado mejor que nadie en una conversación reciente que ha mantenido con Josep Pedrerol.
El ex futbolista ha reconocido que en su segunda etapa en el Madrid llegó merced a Ramón Calderón, por aquel momento presidente del club. Schuster sustituyó a Fabio Capello, que había ganado la Liga con el equipo tras remontar al Barcelona, decidiéndose todo en la jornada final.
El gran error
Shcuster llegó al banquillo del Santiago Bernabéu en el verano de 2007 y, después de un gran año, el conjunto blanco revalidó el título liguero, aunque en Champions la eliminación llegó en octavos frente a la Roma de Totti.
Sin embargo, a la temporada siguiente, el germano no pudo acabar en su puesto, al ser destituido después de perder contra el Sevilla en casa (3-4) y tras una racha negativa de resultados que acabaron con la paciencia de Pedja Mijatovic, entonces director deportivo del Madrid.
Justo después, el Madrid tenía que jugar el Clásico contra el Barcelona en el Camp Nou y, en rueda de prensa, Schuster compareció después de la derrota ante el Sevilla para advertir de lo que iba a ocurrir: “Contra el Barça será imposible ganar”.
Una decisión que el ex entrenador ahora, dice, fue un “error”, ya que “no me salió bien”. “Buscaba quitarle la presión a los jugadores, llevármelo yo, pero luego los futbolistas sabía que iban a ir a competir”, ha señalado ‘El Ángel Rubio’.