La vida en un vestuario es lo más parecido a la convivencia con tu pareja sentimental. Roces, afecto, discusiones y felicidad. En una plantilla de primer nivel como la del Real Madrid, se han vivido numerosas épocas, pero ninguna tan convulsa como la etapa de Mourinho.
El técnico portugués, lejos de debatir su efectividad sobre el verde y abrir un debate de lo que aportó cómo técnico, provocó escenas de gran tensión en el equipo. Se formaron los conocidos clanes y todo se debatía según los que eran más afines a las tácticas del entrenador y los que estaban en contra.
Tres temporadas en el cargo, para tirar por los aires numerosas amistades. La más sonada fue entre Iker Casillas y Álvaro Arbeloa, dos leyendas del club.
Lateral y portero tuvieron sus más y su menos a raíz de la lesión de Iker en la mano. Aquella patada involuntaria del zaguero, apartó definitivamente a Casillas de la titularidad. Era enero de 2013 y aquello fue el detonante perfecto, para que Mourinho le desplazara al banquillo.
La lesión de Casillas: un antes y un después en su carrera
A partir de entonces, empezó el ostracismo del guardameta blanco. Las tensiones sucedieron una y otra vez. Casillas no volvió a encontrar su mejor momento y fue, el principio del fin de su carrera como madridista. Muchas veces se ha hablado de lo ocurrido, pero ambos nunca han querido entrar al tema.
Pasados los años, el ahora entrenador de futbol base de la cantera blanca, quiso quitarle hierro al asunto, sentenciando que fue un hecho común en un vestuario repleto de profesionales y estrellas de primer nivel. Arbeloa quiso anteponer los intereses del Real Madrid, sacando pecho y señalando que lo más importante era el escudo.
Él mismo consideraba que este tipo de discusiones se han dado siempre en un vestuario. Ambos ya están retirados, y parece que aquel clima de tensión no se ha vuelto a repetir desde entonces. En la caseta merengue, ahora se respiran aires de tranquilidad y sosiego. Desconocemos si han seguido su amistad o han tratado de poner paz al asunto.
El Real Madrid siempre por encima
Lejos de las tensiones, tuvieron que convivir numerosos encuentros y sus posiciones estaban muy parejas en el campo. Casillas, ordenaba a Arbeloa y este era uno de sus escuderos para que los rivales no flanquearan el área del Bernabéu.
47 encuentros disputaron juntos desde la lesión de Iker. Un bagaje de treinta y nueve victorias, cinco derrotas y tres empates. En total en su carrera llegaron a compartir el verde en 222 ocasiones. Estaba claro, que el interés común para defender la entidad madridista era prioritario.
Nunca en la historia del club, se ha antepuesto los intereses personales con los intereses del equipo. Ningún jugador está por encima del equipo, sea quién sea y pese a quien le pese.