Todos saben quién es Claude Makelelé, pero pocos conocen que actualmente es mentor de las jóvenes promesas del Chelsea, tanto en Inglaterra como en otros países, donde el equipo londinense ha plantado la semilla del fútbol del futuro.
Siguiendo con el símil se podría decir que el exjugador blanco es el jardinero de estos jóvenes que sueñan con una carrera como la de su mentor, ya que asesora y les alumbra el camino que tienen que seguir si quieren convertirse en profesionales. Pero desde que Claude colgara las botas con un PSG que poco se parece al de ahora, han pasado muchas cosas en la vida del congoleño, que también es embajador de fútbol del país que lo vio nacer, la República Democrática del Congo.
El primer gran fichaje de Florentino Pérez en la era de Los Galácticos llevaba su firma, tras él llegaron los Figo, Ronaldo, Zidane y Beckham. Y si hay algún lector que no lo ha visto jugar, solo tiene que mirar al mediocampo de Chamartín para encontrar a su semejante, Carlos Henrique Casemiro. Dos jugadores que tienen, sabiéndolo o no, el ADN de lo que representa el Madrid, lucha, entrega y corazón.
Con el congoleño en las filas blancas y a las órdenes de Del Bosque llegaron los primeros éxitos en el siglo XXI del primer equipo de la capital, el mediocampo empezaba en Makelelé. De ahí que su salida precipitada por un desacuerdo salarial dejara durante años esa parte del campo casi desierta, pues al igual que Case, Claude era el contrapeso de una plantilla cargada de calidad, él también la tenía, pero añadía músculo a la presión y a la faceta defensiva, siendo clave para Iván Helguera y Fernando Hierro en la zaga.
Dos Ligas y dos Supercopas de España tiene en su palmarés en el ámbito doméstico. Siendo pieza fundamental en la consecución de la Novena Copa de Europa, la Intercontinental de 2002 frente a Olimpia y la Supercopa de la Uefa ante aquel Feyenoord que deslumbraba a Europa.
Más tarde recalaría en el Chelsea donde llegó a ser nombrado el mejor jugador del año entre los blues consiguiendo además dos Premier, la primera de ellas después de 50 años en blanco.
Colgó las botas en el Psg y fue asistente en este mismo club de Carlo Ancelotti y de Laurent Blanc, llegando incluso a dirigir al Bastia y al KAS Eupen belga sin mucho éxito, para recalar definitivamente como propulsor de las promesas del Chelsea en 2019 y hasta la actualidad.