Volvía la Champions y volvía el espectáculo. El Real Madrid se vestía de gala en una noche de ensueño en su competición favorita. El equipo daba otro paso de gigante y conseguía una victoria importantísima ante el Liverpool en la vuelta de octavos para colocarse un año más entre los ocho mejores de Europa.
La lección del croata
El viernes se decidirá el sorteo para la siguiente ronda, pero mientras la afición pudo disfrutar de una noche de esas especiales. Con la alineación titular habitual, la más seria y segura que podría sacar Ancelotti, el equipo respondió a las mil maravillas y supo anteponerse ante cualquier contratiempo.
Modric supo gestionar los tempos del partido a la perfección respaldado por un Kroos y Camavinga que realizaron otra cátedra de buen juego. El balcánico sigue resistiéndose a la retirada y a sus 37 años ha conseguido demostrar toda la magia que lleva dentro.
Luka Modric es un ejemplo para todos
Ayer ante su público se volvía a vaciar y el mediocentro se ganaba una de esas ovaciones que hacía poner de pie al estadio. Premio al esfuerzo y al compromiso con todo lo que representa el jugador en el club.
La gente le quiere y este ama a los suyos. No hay discusión alguna: se merece una renovación casi vitalicia. El croata es sinónimo de persona vitamina.