Dicen que la edad tan solo es un número y sino que se lo digan a Luka Modric. El croata se ha convertido en un talismán para el medio campo blanco. A sus 36 años y 10 meses puede presumir de ser un todo campista en plena forma, con un ritmo de competición que muchos jóvenes o rivales les gustaría tener con la edad que tienen.
Hace ya 10 años, con esta campaña serán once campañas, las que lleva en el club. Más allá de estar completamente integrado en la cultura española, parece un canterano más si no fuera por aquella melena rubia.
El croata no deja de batir récords
A su edad podría superar un nuevo récord más. Es capaz de todo el centrocampista. En 2018 ya ganó el Balón de Oro, cuando todavía contaba con 33. Una rareza en su especie ya que pocos lo han hecho a esa edad.
Ha sido el más mayor del siglo XXI en ganarlo y hasta superó a Cannavaro en 2006, que era cuatro días más joven que él solo. Fue capaz de romper la oligarquía de Cristiano y Messi durante tantos años y de ahora en adelante tiene otro reto más que interesante.
Con este abanico que se le presenta y la renovación de por medio, empezará la temporada con 37. Ahora mismo completa el cuarto lugar en la lista de jugadores que más viejos abandonaron el club.
Puskas con 39, Buyo o Miguel Angel con 38 y un empate a tres entre: Dudek, Di Stéfano y Gento, le barran el podio de ser el futbolista más longevo que abandonaría el club. Dentro de poco ya igualará el escalón que justo tiene por delante, pero ¿Podrá aguantar hasta los 39 del búlgaro o incluso superarlo?
Modric es un referente en todo lo que hace
Desde su apuesta futbolística no hay nada que haga estragos para que continue disfrutando. Es una moda que se ha impuesto en esta época moderna. La combinación perfecta entre juventud abismal y madurez experimentada.
En el Bernabéu han sabido manejarse a la perfección en esta línea. Esta última temporada había jugadores de la talla de Karim, el croata o Marcelo, que marcaban el tope, con futbolistas de 19 años como Camavinga, Vinicius, Rodrygo…
Con su última renovación, veremos si es capaz de completar alguna más, cuenta hasta 2023 para Ancelotti. Es el termómetro del equipo. Si él está bien, el resto de cosas que sucedan a su alrededor saldrán bien.
El balcánico no se esconde. Su vocación por defender este escudo y estos colores serán eternos. No hay amuleto que se mantenga en mejor estado de forma que él. Presiona, ataca, defiende y bascula como una joven promesa.
Hay Modric para rato todavía
Su visión de juego es abrumadora y tiene el talento de atraer a tantos rivales como quiera, para marcarse un pase a la espalda de los defensores y habilitar a sus compañeros.
No le tiembla el pulso, como aquel que baila flamenco pisando fuerte de tacones encima de un tablón andaluz. Es una habilidad que le ha propuesto la vida misma. El gen madridista y el ADN que bendicen a cada futbolista que ha hecho historia en esta casa.
Pronto Modric, sino las tiene ya, debería guardar las llaves del Bernabéu. Su fútbol será recordado durante mucho tiempo: aquel que nos hizo soñar, nos hizo creer, y nos enamoró de todas las formas posibles.
Dicen que el arte tiene está compuesto por muchas disciplinas, el deporte y el fútbol deberían contar como una más de ellas. Ver al balcánico sobre el verde es un privilegio a la altura de pocos.