La tensión entre Kylian Mbappé y su actual club, el Paris Saint-Germain, no deja de aumentar. Desde que el futbolista de Bondy anunciase de forma oficial, mediante carta, que no quiere prolongar su contrato más allá del 30 de junio de 2024, la tensión no ha dejado de crecer, hasta un punto que ya se antoja límite.
Las relaciones se han roto por completo, y en el PSG tienen claro que van a presionar al máximo al futbolista para que se vea obligado a marcharse este mismo verano. La intención del jugador, a nadie se le escapa, es la de quedarse en París la próxima temporada, agotando así el contrato que tiene en vigor, y viendo como incrementa su cuenta corriente con el pago de la prima de fidelidad.
Por su parte, en el club parisino tienen claro que, si Mbappé no renueva, harán todo lo posible para que se marche, para así poder ingresar algo de dinero este verano por él, además de no perder tanto dinero con el pago de su salario así como las primas extras.
Ultimátum descarado
Mbappé tiene que regresar a los entrenamientos del PSG el próximo lunes 17 de julio. La idea del conjunto parisino es dejar resuelta cuanto antes su situación, aunque el jugador parece no tener ninguna prisa, y tiene previsto regresar a París para unirse a su equipo.
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— Diario SPORT (@sport) July 11, 2023
💣 Más lío en París...
❌✈️ ¡El club podría negar a Mbappé el acceso al avión del equipo!
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No obstante, desde el club se plantean la posibilidad de no convocar al jugador francés para acudir con el equipo a la pretemporada que se va a realizar en Japón. Es decir, apartarle, dejarle de lado, que se sienta desplazado. Una medida muy dura, con el objetivo de inutilizar a la estrella y que se vea obligado a marcharse.
Ya se sabe que Al-Khelaïfi y el Emir de Qatar están dispuestos a todo por conseguir su propósito. Y parece claro que, si Mbappé decide quedarse en París este año, su estancia allí no va a ser sencilla.