En otro partido gris de Raphinha con el FC:Barcelona, este era sustituido una vez más tras no generar la verticalidad que deseaba su entrenador. El brasileño, salía en el minuto 88’ con el partido más que sentenciado. En un duelo aburrido y tedioso, de aquellos difíciles de tragar, ya no había nada que hacer.
El Barça estaba abocado al fracaso y por muchos cambios de guion que estos preparaban, el tiempo se les venía encima. El atacante llegaba a la zona de los banquillos de malas maneras, con numerosos aspavientos y muy enfadado con la decisión que había tomado su entrenador.
El brutal enfado de Raphinha
Con una mirada desafiante, no se la quitó de encima hasta encontrar asiento. El jugador ni se prestaba a que el utillero culé le diera la habitual prenda para que no se enfriara después.
Esta acción no pasó desapercibida y muchos ya se hacían eco de la crisis de resultados que atraviesa el club. Segundo partido consecutivo sin anotar gol y todos señalan a una misma dirección: una delantera que no rinde.
Parece que se han borrado de la puja y ya son hasta inofensivos para el rival. Con la pólvora mojada y sin conseguir dar tres pases seguidos, estos han vivido un ostracismo.
La sintonía no mejora entre club y jugador
No es la primera vez que el culé reacciona con este tipo de comportamiento y es algo que, sin duda, no gusta en Can Barça. El futbolista llegó en la presente campaña al vestuario como petición expresa de Xavi, pero parece que los objetivos y la sintonía entre ambos no ha acabado por fluir.
Veremos cuál es su desenlace y cómo evoluciona esto, pero podría agravar todavía más la crisis culé de aquí en adelante. Raphinha ha pasado a ser el gran señalado también por la afición y esto podría provocar a que nadie estuviera cómodo.
Los aficionados, hartos de que su rendimiento no sea el óptima, ya la toman con él hasta en redes sociales juzgándole y tachándole de sus continuos fallos o ineficacia de cara a portería.