En muchas ocasiones lo que marca la diferencia entre las promesas que triunfan y las que fracasan es simplemente la forma en la que enfrentan la vida. En el caso del “pitbull” del Real Madrid, Dani Carvajal, esta forma pasaba por tomarse las pachangas del colegio como si fueran la final de la Copa de Europa.
Todos saben que luego jugó unas cuantas, y encima las ganó todas. Sus inicios siempre han estado ligados al Real Madrid, el equipo de sus sueños y más tarde de su vida. Pero hay algo que pocos conocen y que Carvajal lleva haciendo a lo largo de toda su carrera, siempre y cuando sea alineado como titular.
“Siempre que juego de titular pongo mi camiseta en la taquilla, cojo la camiseta y me meto al segundo servicio – sea donde sea, empezando por la izquierda – y rezo un padre nuestro”, eso reveló a los compañeros de Campo de Estrellas, programa de Real Madrid Televisión.
Pero el ritual no termina ahí. El lateral derecho de Leganés no se mira al espejo cuando se pone la camiseta del Real Madrid, pese al amor y deseo desde niño de verse en esas tesituras y vestido de ese color.
Según declaraba al mismo medio, “hay que ser meticuloso con las manías. Es una cosa innegociable”. Y la verdad, por el bien del madridismo tendrá que seguir haciéndolo, pues si hay una carrera ligada a los grandes éxitos del continente esa es la de Dani Carvajal. Éxitos donde siempre se ha visto con la misma camiseta, la del Real Madrid.
Fue él quien puso la primera piedra de la Ciudad Deportiva de Valdebebas de la mano de Alfredo Di Stéfano. Hoy parece que cuando Dani sale del segundo baño empezando por la izquierda, empieza otro ritual, el de la entrega y la lucha, el de jugar cada partido como si fuera una final de la Copa de Europa.