Jules Koundé ha sido uno de los jugadores que ha sonado en los últimos meses para reforzar la defensa del Real Madrid. Su buen hacer en el equipo de Lopetegui le han llevado a que con 23 años el francés sea indiscutible para los de Nervión. Pero sus inicios, al igual que otro indiscutible como Luka Modric, no fueron fáciles.
“No sirves. Eres muy tímido. Demasiado pequeño para ser central. Cometes demasiados errores”, esas son algunas de las palabras que el actual jugador del Sevilla tuvo que soportar en sus inicios. Lo mismo le ocurrió al mediocentro croata del Real Madrid, que además de tener que huir de un país en guerra, tuvo que aguantar lo de “eres demasiado bajito para ser profesional”.
Lo que no sabían aquellos que rechazaban a estos dos jugadores era que en el fútbol moderno también había sitio para aquellos futbolistas que en un principio no se les veía futuro por su estatura. Lejos de la realidad, con la llegada del fútbol de posesión estas características parecían soportables ante un juego que cada vez apostaba más por el toque.
Lo sorprendente fue lo de Jules Koundé, cuya posición no radica en el centro del campo sino más atrás, en el centro de la zaga. Pero poco importó eso en el momento que fichó por el Girondins de Bourdeaux, que en aquel momento estaba dirigido por Jean-Luc Dogon y que dio a Koundé la confianza que necesitaba para hacer explotar su juego.
Cosa parecida a la que le ocurrió a Luka Modric cuando jugaba en el Hajduk Split, en sus inicios. Pues simplemente le dijeron que no valía, aunque el Dinamo de Zagred no tomó esas referencias en serio y vio algo en el jugador que le podía hacer triunfar.
Dos carreras paralelas en sus inicios y quien sabe si esos caminos pueden coincidir ahora en el Real Madrid. El francés tiene contrato con el equipo andaluz hasta el 30 de junio de 2024, pero tan solo tiene 23 años y un futuro por delante muy prometedor.