Una vez más, el arbitraje se mostró muy permisivo con Gavi. Un jugador que tiene total impunidad y que, de forma incomprensible, sólo se marchó con amarilla y no dejó de hacer entradas.
Gavi la vuelve a liar
Por lo que hace a la tónica del partido: todo lo que nos imaginábamos. Un Barça cerrado atrás, con las líneas muy juntas y muchas ayudas defensivas frente a las ofensivas de los blancos con sus tres puntales con Benzema, Rodrygo y Vinicius amenazando el área de Ter Stegen.
En cuánto a la actuación arbitral, más de lo mismo. Varias tarjetas para ambos equipos. Las más destacadas las de Vinicius y Gavi. Que el brasileño tenga amarilla ya no sorprende a nadie: da igual cuándo leas esto. El delantero siempre acaba recibiendo y a la postre pringando, injustamente.
Aunque lo del jugador culé ya es algo escandaloso. Es uno de los futbolistas que más faltas hace de Europa. Y, al menos en España, siempre consigue acabar los partidos sin expulsión.
Las malas praxis de Gavi
Patadas, agarrones y miradas desafiantes de un auténtico niñato desenfrenado. Este se picaba precisamente con Vinicius, con el que prácticamente llegaban a las manos y que el colegiado debería haber enseñado prácticamente una tarjeta de color naranja.
A todos aquellos que tildan de “intensidad” las prestaciones del barcelonista, tienen una idea equivocada de lo que es el buen fútbol. Posiblemente, el jugador de 19 años sea de lo más sucio que se ha visto en un terreno de juego.