Madrid, 25 de agosto a las 5 de la tarde, no parece el lugar más apropiado para disputar un partido de fútbol a no ser que esto sea la Liga de Tebas, que entonces sí parece una buena idea. Ancelotti ya criticó los polémicos horarios que lleva sufriendo en las últimas temporadas, pero no parece que estén por la labor de solucionarlo.
Sin embargo, Florentino ha dado con la tecla y ha conseguido que durante el partido de este domingo en el que se enfrentan al Valladolid haya una extraña condición en el Bernabéu. Mientras que a la hora del encuentro se esperan 34 grados centígrados en la capital española, dentro del estadio merengue se podrá estar a unos agradables 26.
La instalación del techo retráctil ha permitido que dentro del estadio blanco se esté a 8 grados menos en verano y a 8 grados más en invierno por el efecto aislante que este tiene. Sin duda una gran noticia para un equipo al que le suelen poner a jugar a las 9 de la noche cuando más frío hace, y a media tarde cuando el mercurio aprieta demasiado.
Intentando solucionar otro problema
Está claro que el calor que se vive en Madrid en pleno agosto no parece que sea el mejor escenario para disputar un partido a las cinco de la tarde, pero Florentino ha encontrado una solución con el techo retráctil, que además puede servir para conseguir solventar otro de los contratiempos que le habían surgido al conjunto blanco, el césped.
Desde las obras, el verde del Bernabéu no ha lucido como el tapete que siempre ha sido. Este verano se ha vuelto a cambiar y se confía que las condiciones climatológicas dentro del estadio, sin tantos cambios bruscos de temperatura, sirvan para lucir como lo hacía antaño, uno de los grandes objetivos que se habían marcado.