Parecerá una broma de mal gusto para todos los aficionados culés, pero suerte tiene el Real Madrid de contar con un presidente como Florentino Pérez. Los aficionados azulgranas, conocían hoy cómo será la “mudanza” a Montjuic, estadio dónde convivirá su equipo durante los próximos años.
A priori, se especula que pueda ser solo uno, pero visto que las dificultades económicas aprietan, el cambio irá para largo. La ubicación del nuevo feudo azulgrana, quedará algo más alejado de la ciudad. Concretamente, será en la zona sur, tocando al litoral catalán.
La polémica del Barça con su futuro "alojamiento"
Cambiarán incluso de distrito y pasarán a jugar dónde también lo hizo primeramente el eterno rival de su ciudad, el RCD. Espanyol. Por si fuera poco, este es el trato que les ha concedido su presidente, aunque aquello no acaba aquí.
Prácticamente, si ya la situación no era lo suficientemente grave, se castigará a tres cuartas partes del total de socios abonados del club. Se especula que cerca de los 83.000 espectadores tengan ciertas dificultades para seguir a su equipo.
El nuevo estadio, tan solo tendrá un aforo de 49.000 personas y solo 40.000 tendrán visibilidad total. Es decir, el resto, casi 9.000 aficionados, van a sufrir para ver el partido.
El socio culé sale muy perjudicado
Por si fuera poco, también se les retirará el abono, siendo obligados a ir a un sorteo. La directiva también a decidido subir los precios considerablemente: de los 240 euros, se pasará a los 723 y también se anularán muchas prestaciones de las que gozaban como el “seient lliure” o el pasaporte infantil.
De esta forma, el club revenderá su asiento si no confirma su asistencia con 6 días de antelación en cada partido. La noticia caía como un jarro de agua fría y esto provocaba numerosa crispación entre los aficionados.
Si esto ocurriera en el Real Madrid con sus socios, ya estarían pidiendo su dimisión. Los culés están tardando demasiado tiempo. Veremos qué ocurre de aquí en adelante.