Ladislao Kubala fue uno de los grandes futbolistas que ostentaba tres nacionalidades: húngara, checoslovaca y española. El hecho de que su madre fuese checoslovaca influyó en la determinación de marchar a ese país en donde además se casó con la hija del entrenador del equipo Bratislava, Ana Viola Daucik, con lo que aceptó nacionalizarse como checo.
Pese a jugar en la selección nacional se mostró disconforme con el régimen y decidió marcharse a Austria buscando cambiar de vida. Después de un año, se reunió con su familia en Italia y fue una pieza clave del equipo de Hungría, en dónde se dio a conocer por Europa Occidental, principalmente en España, dónde deslumbró con su juego. Esto le hizo llegar al FC Barcelona a comienzos de la década de los 50.
Pudo reencontrarse con su madre tras trece años
A finales de 1961, Don Santiago Bernabéu, presidente del Real Madrid y eterno rival del club azulgrana, hizo una visita a Budapest. Allí le preguntaron que, si podían hacer algo por él. A lo que Santiago Bernabéu no dudó en responder que vivía en España un hombre llamado Ladislao Kubala, que hacía casi trece años que no veía a su madre, la cual sigue viviendo en Hungría y que por motivos políticos no podían verse.
Pocos días más tardes las autoridades de Hungría otorgan un permiso especial para que la madre de jugador pudiese viajar a Barcelona y pasar las festividades de Navidad y Año Nuevo al lado de su hijo.
En aquellos años no se permitía la entrada a la península de ningún habitante procedente de un país socialista con los cuales tampoco se mantenían relaciones diplomáticas.
Posiblemente, fue el mejor regalo de Navidad que Santiago Bernabéu le hizo a la madre de Ladislao, algo que perduraría en su mente hasta su fallecimiento en mayo de 2002.