La relación de Eden Hazard con el madridismo nunca ha acabado de cuajar desde que llegó. El futbolista parece estar lejos del jugador que fue en el Chelsea, pero la parroquia blanca, todavía espera que llegue su momento. Sin embargo, un colectivo más crítico ya lo han sentenciado. Para algunos unas declaraciones que hizo al poco de su llegada, fue el principio del fin.
El jugador madridista llegó en la temporada 2019/20 al Bernabéu. Cuando todavía llegaba pocos meses entrenando, concedió una entrevista a L’Equipe, que para muchos fue determinante en su desarrollo como futbolista blanco.
Unas declaraciones incendiarias
En el periódico francés destacó la importancia que supone jugar en un equipo como el Real Madrid. Para él, lo consideraba como un sueño y lo relacionaba con el hecho de entrar en otra galaxia. Ambas partes se querían. El jugador quería vestir de blanco y Zidane, entrenador en aquel momento, llevaba tiempo esperándole. Pero, sin embargo, su adaptación al equipo no fue la deseada, seguro que para ninguno de los interesados.
El verano es una época del año un tanto complicada, y entre tantas vacaciones es difícil controlar la línea. Pero para un futbolista esto debe ser fundamental. Algo que en el verano de la llegada de Hazard, el atacante blanco se le fue de madre. Vino un poco pasado de peso y esto le condenó. Los medios se cebaron con él y anímicamente tampoco le sentó muy bien. Desde luego, en la entrevista no llegó a ocultar lo sucedido y confesó que, como toda persona corriente, necesitaba de su verano.
No apto para jugar en el Real Madrid
Estéticamente no queda muy apropiado que un jugador de la talla de Eden Hazard y en el Real Madrid, muestre esta imagen al mundo. El Real Madrid es un equipo exigente y comprometido. No debe esperar a nadie y el equipo siempre está por encima de cualquier jugador. El belga no parecía mejorar ni con el paso del tiempo. No se cuidaba lo suficiente y vivió momentos en los que su estado físico mermaron mucho en su proyección. Le relegaron al banquillo o incluso a la grada como muestra de desaprobación de la actitud del jugador. Era, sin duda, algo inusual en un futbolista de alto nivel y recién llegado a un equipo nuevo.
Además, encadenó una serie de lesiones que le impedían entrenar y eso provocó que se estancara durante mucho tiempo. Aunque su integración en el grupo fuera sencilla, con jugadores que compartían lengua como Mendy, Courtois o Benzema, no se acababa de habituar del todo.
Esperando su vuelta como la estrella que fue
Hazard porta el dorsal 7 en la camiseta blanca. Un dorsal que está destinado, en la historia blanca, para jugadores catalogados de leyenda. Por ahora, la suerte del futbolista no ha cambiado mucho. Aunque parece que ese capítulo queda algo lejos de la actualidad, el delantero merengue sigue trabajando a diario para volver a ser el jugador que fue y hacer cambiar de opinión a aquellos que le criticaron en su día.