La llegada de grandes jugadores siempre viene precedida por una presentación protocolaria con todo lujo de detalles. En los últimos tiempos han sido varias las que se recuerdan todavía en la óptica merengue. Muchos recordarán todavía las últimas de Florentino como las de: Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Kaká o Benzema.
La llegada de Beckham fue un sueño hecho realidad
Pero si rebobinamos todavía más la película a inicios del siglo XXI encontraremos la del inglés David Beckham. Este aterrizaba en Chamartín como una auténtica estrella en el Real Madrid de los Galácticos. Ya su presencia en escena era digna de espectáculo: atractivo, apuesto, fuerte, con melena rubia y ojos de escándalo era idílico verle jugar.
El presidente se frotaba las manos con su incorporación y con un mensaje ya habitual, describía al jugador anglosajón apelando a los sueños. El atacante venía procedente de Old Trafford, también conocido como “El Teatro de los Sueños”. Fichar por el conjunto blanco supone numerosa ilusión, entusiasmo, esperanza.
Palabras que también se asemejan lo más cercano posible al sueño. Formar parte de la disciplina no está al alcance de cualquiera y de hecho, también es el deseo de muchos futbolistas.
Florentino sabe lo que se hace
De ahí a que Florentino como ya lo hizo con Beckham y lo ha repetido tantas veces con otras grandes estrellas recurra a esa descripción para explicar lo que significa vestir la elástica madridista.
No se puede decir tan solo con palabras es un hecho que debe ser experimentado porque poca gente lo puede llegar a entender. Así es el Real Madrid: una auténtica pasión.