El Real Madrid ha intentado desde siempre fichar a los mejores jugadores del mundo. Muchos de los mejores futbolistas de todos los tiempos han defendido la camiseta blanca: Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskas, Cristiano Ronaldo, Zidane, Paco Gento, Ronaldo Nazário…
En la década de los setenta, el mejor futbolista del mundo era, sin discusión alguna, Johan Cruyff. El talento holandés consiguió reinar Europa con el Ajax de Ámsterdam a principios de esta década, al lograr conquistar tres Copas de Europas de manera consecutiva, en los años 1971, 1972 y 1973.
En el verano de 1973, Real Madrid y Barcelona se disputaron el fichaje de Cruyff. Por aquel entonces, la multinacional Phillips contaba con un enorme peso en el equipo del Ajax de Ámsterdam, empresa que invertía un montón de dinero en publicidad en el estadio madridista.
Los dirigentes de la multinacional holandesa consideraron que estratégicamente sería muy importante para su imagen que Cruyff recalara en el conjunto blanco, y decidieron impulsar su fichaje. Hubo varias intensas negociaciones con el presidente Santiago Bernabéu para que Cruyff jugara en el Real Madrid.
¿Por qué Cruyff no fichó por el Madrid y terminó en el Barça?
Estas negociaciones acabaron frustrándose debido a que el mítico dirigente blanco conociera las enormes pretensiones económicas que exigía el futbolista del Ajax. Cruyff, que siempre negó esta versión de los hechos, haciendo hincapié en que su único deseo era fichar por el Barça, quería ganar más dinero que el que le ofrecía el Madrid y ser el mejor pagado de toda la plantilla madridista.
"Eso es inadmisible. Aquí ningún recién llegado va a cobrar más de los que están. Si quiere tener el mayor salario se lo tendrá que ganar en el campo”, aseguraba Bernabéu. Entonces, Cruyff acabó recalando en el conjunto azulgrana, aceptando su oferta de más de 10.000 dólares al mes.
Santiago Bernabéu siempre tuvo claro una cosa desde que asumió el mando de presidente del Real Madrid: ningún futbolista está por encima del escudo y de la institución, y así lo demostró al no querer seguir con el fichaje de Cruyff.
Una filosofía que también ha seguido el actual máximo mandatario blanco, Florentino Pérez. Ni siquiera a dos leyendas como Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos estuvo dispuesto Florentino a pagarles más de la cuenta, algo que en el Barça sería algo impensable. Tan solo hay que ver el ejemplo de Messi, que llegó a cobrar más de 50 millones de euros netos por temporada, una de las razones de la ruina económica que atraviesa actualmente el conjunto barcelonista.