Este martes 13 de agosto quedó marcado por uno de los mayores sustos de esta temporada que apenas empieza. Eduardo Camavinga cayó lesionado en una acción donde el jugador quedó tremendamente afectado por su rodilla. El jugador merengue rápidamente se llevó las manos a su articulación y sus gritos lo decían todo.
Esto provocó que en el Real Madrid se temieran lo peor al respecto, ya que podría sufrir la plantilla una nueva lesión de cruzado. El claro reflejo de esta frustración y rabia fue Carlo Ancelotti, quien no daba crédito a que otro futbolista de su equipo tuviera otra lesión de gravedad.
La reacción de Ancelotti lo dice todo
El técnico italiano no tardó en mostrar su enfado ante esta situación, ya que tras ver la acción, Carlo tiró una botella de agua hacia el suelo. Ancelotti sabía que se podría tratar de una lesión grave y el míster está cabreado de tener que sufrir continuamente lesiones de este tipo.
El entrenador blanco no da crédito ante la mala suerte que están teniendo sus jugadores y además, ve como esta situación no termina de revertirse. Ancelotti se temió lo peor sobre el césped del Estadio PGE Narodowy y cruzó los dedos para que sus peores presagios no se confirmasen.
Ancelotti pudo respirar tranquilo con Camavinga
Carlo fue directo a los vestuarios al terminar la sesión para conocer cuál había sido la valoración de los médicos y la respuesta que recibió le alivió. El técnico italiano recibió la confirmación de que no se trataba de una rotura del ligamento cruzado y además, le comunicaron que la exploración fue más positiva de lo esperado.
La primera valoración determinaba que Camavinga podría tener afectado el ligamento lateral interno, aunque este miércoles se confirmará el alcance tras realizarle las pruebas pertinentes. De esta manera, Ancelotti pudo respirar tranquilo al quedar descartada la rotura de ligamento cruzado y no volver a sufrir un nuevo calvario con uno de sus pupilos.