Thibaut Courtois se ha convertido en el dueño y señor de la portería del Real Madrid. Sus paradas salvadoras han sacado de muchísimos aprietos al equipo. Esta temporada, ha sido clave para que los de Ancelotti se alzasen con el título de Liga y se encuentren a un paso de la gran final de la Champions.
Nadie duda de que el belga es, sin discusión ninguna, el mejor portero del mundo. Su primer año en la casa blanca fue complicado. Todos los jugadores estuvieron a un nivel muy bajo durante aquella temporada. Courtois fue muy criticado, ya que, además, el Madrid venía de ganar 3 Copas de Europas seguidas con Keylor Navas como titular.
Todas esas dudas del principio quedaron disipadas tras la segunda temporada, en la que el ex del Chelsea se trasformó en un muro y fue clave para la Liga que se consiguió durante la pandemia del covid. Desde entonces, Courtois demuestra ser el ángel de la guarda del Real Madrid.
Su principal motivo para fichar por el Real Madrid
El sueño de Thibaut era jugar algún día en el Real Madrid. Aunque militó en las filas del Atlético durante tres temporadas, al belga se le vio en un vídeo durante su adolescencia en la que aparecía su habitación y tenía colgada una bandera del equipo madridista.
Sin embargo, la principal razón que le llevó volver a la capital de España para defender esta vez los colores blancos, tuvo que ver con sus hijos. Fue padre de un niño y una niña con su pareja Marta Domínguez, pero acabaron cortando la relación.
Marta se quedó con los niños en Madrid y Courtois partió rumbo a Londres para jugar en el Chelsea, donde estuvo cuatro años. Fue muy duro para él separarse de sus pequeños. Por eso, tras el Mundial de Rusia, cuando José Ángel Sánchez se puso en contacto con él para que firmara por el Real Madrid, no se lo pensó dos veces.
El club de Chamartín pagó 35 millones de euros al conjunto blue, y Courtois regresó a Madrid para poder estar con sus hijos. Ahora vive felizmente con ellos y con su actual novia, Mishel Geirzig. Y ya es un ídolo entre todo el madridismo.