Discreto y alegre, Vinicius Junior se ha hecho un hueco entre sus compañeros del Real Madrid, desde que llegase hace varias temporadas al vestuario blanco. Sin carnet de conducir por el momento, algunos de sus compañeros le acompañan todos los días a los entrenamientos.
Natural de Sao Gonçalo, un municipio perteneciente a Río de Janeiro, su padre era un técnico de cable que trabajó para sacar adelante a sus cuatro hijos y poder marcharse de una de las favelas más peligrosas de Río, Portao da Rosa.
Muy familiar y amante de los tatuajes
Cuando llegó a la capital, se instaló en un piso céntrico con uno de sus hermanos, hasta que más tarde llegó el resto de su familia. Fue entonces cuando tuvo que trasladarse a una casa en el lujoso barrio residencial de La Moraleja, donde vive con sus padres, sus tres hermanos, sobrinos y uno de sus tíos.
Muy cuidadoso con su aspecto físico, se corta el pelo dos veces por semana, se retiró la ortodoncia en los dientes porque desde el club le recomendaron no tenerla para evitar lesiones por un golpe en los brackets.
Además es apasionado de los tatuajes, aunque sus padres no están muy de acuerdo con esto. De hecho, tiene un acuerdo con ambos y les pide permiso antes de realizarse cualquier nuevo diseño y solo cuando estén relacionados con algún logro. Por el momento, tres han sido los que han contado con el beneplácito de sus padres. Uno cuándo se estrenó como profesional con el Flamengo, y otros dos por asentarse en el primer equipo antes de su llegada al Real Madrid.