Ser padre es una de las responsabilidades más grandes que existen a día de hoy. La capacidad de tirar hacia adelante una familia es de las herramientas más complicadas que puede haber en esta vida. Pero nada que no pueda hacer todo un jugador del Real Madrid.
El mediocentro alemán es uno de los mejores en su puesto y su larga experiencia en el centro del campo blanco han conseguido consolidarse como una auténtica institución. Una postura tan o más difícil que la de ser padre de familia.
El ejemplo de Toni Kroos
Sus convicciones le han llevado a convertirse en un padre modélico. La rigidez alemana le ha enseñado a Kroos la mejor educación posible para sus hijos. Arraigado como casi un español más siempre ha pretendido que sus hijos sean los más educados posibles.
El jugador les ha enseñado que deben llevar una sonrisa en la cara para convertirse en personas nobles en un futuro. El alemán tiene tres hijos a su cargo. A todos los tiene tatuados en su cuerpo, ya sea en el gemelo o en el brazo, pero es algo que llevará grabado a fuego.
Cualquier padre quiere lo mejor para sus hijos y eso se demuestra en cada gesto de cariño o detalles que tiene con los mismo. El jugador teutón siempre ha tratado de llevar una vida discreta, algo que también pretende enseñar a sus hijos de la mejor forma.
Estos deben crecer y ser capaces de valorar lo que tienen a todas horas. Hasta la convivencia con sus propios hermanos es importante para fomentar una buen relación de confianza entre todos. La familia es un concepto muy importante que ha tratdo de establecerse en el Real Madrid.
La gran familia madridista
Todo el grupo forma una gran piña y los jugadores se tratan como si fueran eso, una gran piña. Además son muchos los que comparten nacionalidad. En el vestuario, hacía tiempo que no convivían dos germano, pero la llegada de Antonio Rüdiger lo ha cambiado todo. De todas las veces, que al mediocentro le han ofrecido salir, él siempre se ha defendido con lo mismo: el proyecto colectivo es mucho mejor que el individual.
Su nobleza le ha hecho grande y a sus 33 años ya atraviesa la que podría ser su última campaña como merengue. Se le termina el contrato al fin de la presente y parece que de no renovar ya no tendría sitio en el club.
Aunque siempre ha dicho que su deseo es retirarse en el Bernabéu. La entidad es paciente con él y antes de emprender su paternidad de pleno, el jugador prefiere tenerlo todo claro. Ancelotti lo echará de menos y sustituir una pieza de tal calibre no es para nada sencillo. Veremos qué es lo que sucede al final de la trama. Pero si hay algo claro es que el valor de la familia es muy importante.