Si en la década de los 70 lo más llamativo de los jugadores era el bigote o el pelo, los nuevos tiempos han traído otros instrumentos que singularizan a los futbolistas. La moda del tatuaje no ha pasado desapercibida en el mundo del fútbol y en muchas ocasiones se han convertido en talismán para sus portadores. Este fue uno de los primeros que se hizo el lateral derecho del Real Madrid, antes incluso de que despegara su carrera como futbolista.
Un Volkswagen Beetle es el tatuaje que más ha besado Marcelo a lo largo de su exitosa carrera y al parecer le ha traído mucha suerte. Se lo hizo en honor a su abuelo, una de las personas más influyentes en la vida del brasileño. No pierde la oportunidad de hacer mención a él cuando habla de su infancia y de sus inicios. De Marcelo se sabe que es un tipo muy familiar, de hecho en tras los partidos del Madrid en el Santiago Bernabéu siempre se le suele ver jugando a la pelota con sus pequeños.
Pero este clásico modelo de la casa alemana tiene un significado icónico para el futbolista. Cuando era niño su abuelo lo llevaba a entrenar en el 'Fusquinha', que es el nomnbre que recibe el coche. Marcelo recuerda que era de color naranja y que desde entonces no se lo pudo sacar de la cabeza, hasta el punto que lo dejó reflejado en su piel de por vida. De hecho cuando marca siempre lo besa y después señala al cielo.
Con su abuelo al volante y él de copiloto, vivió muchas cosas dentro de ese coche. Nos podemos imaginar a un joven Marcelo teniendo largas charlas de camino a los entrenamientos y los partidos, siempre atento a los consejos de su abuelo. Se puede decir que este diseño fue clave para el desarrollo de la carrera del lateral, un coche singular y original, lo que siempre ha sido Marcelo. Quién sabe si se comprará algún día este modelo para revivir sus años de juventud cuando alguno de sus hinos lo convierta en abuelo.