Parece que no todo es lo que aparenta ser. Ni como dos gotas de agua o apenas algo de parecido razonable. Así es como se presentan la madre e hija de la familia Gerzig. No se parecen en apenas nada. Sus rostros son completamente distintos, como su color de cabello o sus ojos.
Este apellido israelí suena familiar en el Real Madrid. Una de las componentes de esta agradable unión, Mishel Gerzig es la novia y prometida de Thibaut Courtois.
El guardameta blanco que atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera deportiva, se ha convertido en un referente en la meta blanca. Sus actuaciones de nivel, le han catapultado a la cima del fútbol mundial.
Nadie duda de su calidad y siempre está preparado para cualquier balón que se le presente cerca de su portería. Lleva ya varios años defendiendo la meta blanca, pero nunca le habíamos visto tan feliz como hasta ahora.
Thibaut Courtois ante la parada más importante de su vida
Su vida puede cambiar en cuestión de meses. Recordemos que el arquero y esta modelo se prometieron este verano pasado, con una postal que nos dejó a todos impresionados en la preciosa costa Amalfitana.
La conexión que respira la pareja es bestial y nada parece que se vaya a romper. De momento han pactado el propósito de jurarse amor eterno y parece que no haya nada que lo vaya a desmontar.
Ellos tan solo llevan algo más de un año juntos, pero han descubierto que son perfectamente compatibles en todo momento. Ahora su relación pasa por un momento íntimo, como es el de conocer a la familia del otro.
Al ocurrir esto nos hemos dado cuenta de lo que avanzábamos al principio. ¿Dónde está el parecido entre una y otra? Parece que no existe por ningún lado y todo pasa por tan solo comprobar algún par de fotografías suyas en las que aparecen ambas.
Mishel es completamente rubia, con una sonrisa gigante, nariz pequeña y ojos azules. Con unos pómulos bien marcados y labios carnosos. Su madre en este caso, de nombre Irina, es completamente distinta.
Las diferencias entre madre e hija son evidentes
La progenitora tiene el pelo negro, con un flequillo que le tapa la frente y gafas. Dónde encontramos su parecido quizá sea en la zona del mentón. Esos pómulos, nariz y sonrisa es la parte que más se les asemeja.
Pero de no haberlo sabido, quizá las hubiéramos confundido a ambas. Desconocemos lo que debió pensar Thibaut el primer día que las vio, pero quizá también tuvo la duda si realmente era su madre.
Ella parece estar muy feliz con que su hija haya podido encontrar el amor de forma tan rápida. La modelo solo cuenta con 24 años por los 30 que tiene el guardameta blanco. Entre ellos se llevan unos seis años, pero parece ser que eso no es un impedimento para disfrutar de su amor.
Por lo que sabemos de la pareja, ya viven juntos, aunque todavía no se sabe el día de su boda o el lugar de la misma. El amor ha llegado a su puerta.