En una entrevista concedida hace varios años para Vanity Fair, Zinedine Zidane se abre en canal y cuenta muchos de los aspectos de su vida privada, de su matrimonio, de sus hijos. También conocemos un poco más de su santuario más íntimo, su casa.
El recuerdo tailandés que preside su casa
De su casa, asegura que es un santuario inquebrantable para las personas que no son más íntimas ni allegadas y de hecho, su entrada está presidida por un enorme elefante de bronce, que se trajo de una gira estival del Real Madrid por Tailandia, un precioso recuerdo de este país que atesora desde entonces.
En este refugio, sus hijos pueden vivir en libertad y ser ellos mismos completamente. Han heredado el don y la pasión por la práctica del fútbol de su padre. De hecho, gran parte del jardín familiar estaba ocupado por un campo de fútbol de césped artificial, además de por una canasta de baloncesto.
Zinedine Zidane no quiere que sus hijos se conviertan en personas ociosas, que vivan de la renta que les deje su padre ni que la vida llena de privilegios les fragüe la personalidad, al revés, quiere transmitirles valores como la lucha, el sacrificio y el esfuerzo, que son elementos cruciales. Que sepan que todo tiene un precio y que cuesta mucho trabajo conseguirlo.