Los jugadores del Real Madrid nunca nos dejaran de sorprender. Estos tienen numerosas capacidades para brillar por sí solos sin apenas coger carrerilla.
Así vimos a Camavinga el otro día ante Argentina. Su entrada en el terreno de juego cambió la cara a sus compañeros y provocó casi de inmediato el empate definitivo. Un tipo con suerte. Con 19 se plantaba en su primer mundial y en su segundo partido, dio una auténtica clase magistral de que era jugar bien al fútbol.
Su llegada al Real Madrid se hacía oficial hace tan solo año y medio, pero parece que vistiera la elástica blanca toda la vida. En el Bernabéu aterrizaba un chaval prácticamente desconocido procedente de la liga francesa, con el cartel que era un joven prometedor que se lo acababan de robar al PSG.
La irrupción de Camavinga en el Real Madrid
Casi en el último día de mercado, aparecía su incorporación y no la de Kylian Mbappé, pero la gente quedó ilusionada con ese nombre, Eduardo Camavinga, y esas trenzas rubias que tantas alegrías han acabado dando al madridismo. Aunque siendo francés, ¿cómo es que el joven poseía ese nombre?
En Planeta Real Madrid, hemos descubierto uno de los grandes secretos de este jugador. El mediocentro casi todoterreno merengue, guarda consigo una peculiaridad muy especial.
Todo pasa por conocer que más alla de su nombre de pila, este es más largo de lo que parece. Tal y como podríamos pensar que en el vestuario entre sus amigos le pueden llamar “Eduardo” o “Edu” o algo por el estilo, lo que esconde el jugador es un segundo nombre: Eduardo Celmi Camavinga.
¿Por qué nadie lo sabía hasta ahora?
El Real Madrid ya lo ocultó hasta en su propia presentación, o en la ficha de su jugador en la página oficial del club. Este siempre ha pasado desapercibido hasta la fecha sin ser demasiado noticioso.
Aunque por parte del jugador, este sí que lo utiliza. Al menos así lo encontramos en su perfil personal en redes sociales. Ahí entonces sí que está, pero no en su camiseta por ejemplo, tampoco.
Un gran misterio que nos quedará resolver porque motivo ha decidido casi “prescindir” de él, casi sin dar explicaciones. Lo que está claro es que ha nacido un líder: Eduardo Cemi Camavinga, ya es toda una institución.