Toni Kross es sin duda es uno de los futbolistas que tienen fama de ser un hombre recto y muy poco habitual en celebraciones, aunque hemos podido comprobar que también se permite sus excesos cuando la ocasión lo merece. No obstante, tal y como reconoce recientemente, es algo que forma parte del pasado. Después de haber atravesado por malas experiencias con la única bebida alcohólica que toleraba: el tequila.
Hablando para El Español, explica que tenía un partido a las cuatro de la tarde en Río de Janeiro. Uno de los momentos más esclarecedores de aquel día fue el mensaje que recibió de Pep Guardiola, que en esos tiempos era su entrenador, deseándole todo lo mejor para el final, antes de que a su regreso el mediocentro firmase por el Real Madrid.
Su mala experiencia con el tequila
Alemania venció a que el partido en la prórroga y Angela Merkel estuvo presente en aquella celebración con quien mantuvo una agradable charla sobre Mekkelburgo Pomerania Occidental, la región de Toni Kroos.
Lo mejor de sus recuerdos estuvo relacionado con una celebración posterior, así explica el juramento que había hecho previamente al comienzo del partido y el tequila que le arruinó la noche.
Hicieron una especie de juramento por el torneo y el título y al final de la noche alguien tenía que sacrificar uno un brazalete que José Meneses le había dado tanto a él como a otros jugadores de la selección. A partir de ese momento, se propuso tomar un tequila con todos esa noche, pero le sentó muy mal.
Toni Kroos reconoce que el tequila era una de las pocas vividas alcohólicas que le gustaba, hasta que a base de jugarle malas pasadas tuvo que dejarlo. Tras el final de la Champions contra el Chelsea: "recuerdo estar viviendo de frustración ya que no había otra forma de calmar el dolor".
La noche que finalmente cambio de opinión fue tras una salida con su hermano Félix y el jugador del Bayern Leverkusen Stefan Reinartz, en donde bebieron chupitos de tequila y al día siguiente no se sentía bien. Ese fue el punto en donde dijo que dejaba de beber alcohol, ya que no le hacía ningún bien, es algo que ni le dolió ni echa de menos.