El jugador croata en su autobiografía se abre y nos ayuda a comprender cómo era la vida de aquel niño que se crió durante los años más difíciles de la guerra de Croacia y con ello, logramos entender algunos aspectos de su personalidad.
Porque aparte de esto, también explica cómo fue su niñez y su adolescencia, en donde tuvo que separarse de su familia, a la que sólo veía los fines de semana por tal de perseguir su sueño, de convertirse en futbolista profesional.
Una trastada que enfadó mucho a su madre
Con todo esto, Luka Modric sorprende contando que era un niño muy educado y tímido, al cual le encantaba sentarse en el regazo de su madre mientras veía a los adultos comentar algún tema o jugar con las bollas. Pero esto no quita, que también fuera bastante travieso, algo que le costó un disgusto durante su infancia.
En una anécdota de su infancia, nos cuenta que le encantaba jugar al escondite y desaparecer de la vista de su madre, algo que hizo que un día se enfadase mucho con él, ya que se escondió en el fondo de un viejo armario y su madre, preocupada, no paraba de llamarle constantemente con lo que cuando salió triunfante del armario, ya que su madre no la había encontrado le costó una fuerte regañina y un castigo.
Ahí recuerda ver a su madre más enfadada que nunca y es que, a pesar de que la tiene como una mujer muy compasiva, en ese momento la vio asustada y preocupada de verdad por la travesura que acababa de hacer.