El exitoso futbolista del Real Madrid es uno de los mejores en su posición, pero el caso Zdravko Mamic fue uno de los momentos más complicados de su vida. Así lo desvela en su autobiografía, “Mi partido”.
Corría el año 2008, con su salida de Croacia desde el Dinamo de Zagreb rumbo a la Premier League. El futbolista fichaba por el Tottenham, club en el que vieron su talento innato. Allí fue dónde empezó a demostrar la auténtica calidad de fútbol que tenía en sus botas. Cuatro años antes de llegar al Real Madrid, el jugador ya se fogueaba para entrar en la historia de los récords.
El fútbol croata se le había quedado pequeño y el mediocentro aspiraba a conseguir grandes cosas. Uno de sus principales valedores, su exagente Zdravko Mamic, le ayudó a tener una salida digna del club y conseguir un buen contrato lejos de Croacia.
Acusado de involucrarse en una red de malversación en Croacia
Pero en 2018, uno de los hombres fuertes del fútbol croata fue condenado a seis años y medio de prisión al término de un proceso de corrupción y malversaciones en los traspasos de jugadores, entre los que se encontraba Luka Modric. La justicia croata inculpó a la estrella blanca, sospechoso de haber realizado ante el tribunal de Osijek un falso testimonio para intentar disculpar a Zdravko Mamic.
La gente en Croacia le criticó duramente. Brutal linchamiento por redes y pintadas por su ciudad natal acusándole de algo que no había hecho. Tales acontecimientos acabaron en la prensa provocando que la magnitud del problema fuera mayor. Llegó a ser una de las personas más odiadas en aquel momento.
En su autobiografía cuenta que lo pasó muy mal. El sufría por los suyos: su familia y sus amigos con los que intentó refugiarse. Con su mujer embarazada, estaban esperando a su tercer hijo y Modric consideraba que tal estrés, podría complicar el nacimiento de su hija Sofía. Sus padres también lo pasaron mal y fue el croata quién mantuvo la calma en la familia para tranquilizarles a todos.
Crisis resuelta por Luka Modric
Como remedio de la presión que se había generado, el futbolista se fue de viaje a desconectar sobre todo lo sucedido. Varias escapadas con su familia fueron la clave para la reconciliación del bienestar de todos. El problema que le ocurría a Luka fue que ese miedo se apoderara de su rendimiento, siendo una carga para el equipo o su gente más cercana.
A día de hoy, ya nadie se acuerda de aquello. Se consiguió revertir la situación y su ex agente ya fue condenado. Salió libre de cualquier cargo y declaró todo lo que tuvo que hacer en el juicio. Modric ahora disfruta del buen fútbol por todo lo alto, alejado de toda polémica a sus 36 años.