Parece que para muchos el día de los enamorados lo celebraban a lo grande. En el eterno debate por los amantes del fútbol o de la pareja, Courtois sacrificó rechazar un espectáculo deportivo para hacer a su novia, la más feliz del mundo.
El belga que lleva poco más de un año con la modelo israelí, Mishel Gerzig, le sorprendió y de qué manera que dejó perplejos a todos sus seguidores.
El detallazo del guardameta blanco
La novia ya no se le puede enfadar al menos hasta pasado cierto tiempo y es que la actitud de Courtois con ella, fue de auténtico caballero. Primero la ayudó con la sesión de peluquería. Le secó el pelo, la cuidó, le preparó, la puso guapa y salieron a cenar con regalo incluido.
Tener como novia a una modelo internacional, rubia y atractiva no es poca cosa, pero él tampoco se queda corto siendo guardameta del Real Madrid. No hacen mala pareja y su feeling se denota por los cuatro costados.
Estos no podían estar más enamorados y es que tras que Thibaut le dedicara una auténtica sesión de belleza, este después la sorprendió con un gigantesco ramo de rosas rojas increíble. Había cientos de flores que montaban ese precioso regalo para Mishel, quién no podía estar más ilusionada con todo.
La sorpresa final de Courtois
Pero por si fuera poco, el día no había acabado para ellos. Enganchados a sus stories, descubrimos que tras el increíble ramo de flores, después vino el paseo en coche, pero no en uno cualquiera. Courtois se la llevó de paseo pero cambiando un detalle muy importante.
El guardameta la dejó conducir su Ferrari que rugía de forma espectacular. A ella se la veía muy feliz conduciendo el juguete de su chico. Aquello fue el resumen de un día perfecto y brillante para la pareja, que pasaba un San Valentín seguramente que inolvidable.