Pasarán los años y Luka Modric seguirá siendo toda una institución en el Real Madrid. Lleva más de la mitad de su carrera deportiva fuera de su casa, ya que su potencial calidad llamó muy pronto la atención de muchos clubes. Ahora con 37 años puede decir que ha merecido la pena.
En su autobigorafía desvela muchos de esos secretos, pero si hay alguno que nos ha dejado a todos descolocados ha sido el de las auténticas debilidades del croata. Jasmina y Diora, sus hermanas pequeñas, son dos de las que lo pasaron peor con el tiempo. Ambas eran pequeñas. La mayor, se lleva cuatro años con él y la otra todavía debía ser más pequeña. A ambas les costó entender su marcha, pero si algo en lo que confiaban era en el poderío de su hermano para triunfar en el mundo del fútbol.
El gran paso que tuvo que dar Luka Modric
Para el jugador balcánico, no fue fácil dejar su casa. Atrás dejaba muchos recuerdos y sobre todo a su familia al completo. La relación con sus padres y sus hermanas se distanciaría y mucho pero dependía de él labrarse un futuro prometedor. El tiempo le ha dado la razón. Este es el esfuerzo que deben realizar este tipo de jugadores: hipotecar una vida por una pasión tan sacrificada como el fútbol.
En este deporte se viaja casi cada semana y algunos de los viajes no son precisamente cortos. El jugador lleva numerosos años en el club y a pesar de amoldarse a la cultura española, siempre tiene un ojo puesto en su Croacia natal. Su mujer también es croata y sus hijos, tiene tres, también les ha tratado de enseñar ambas culturas para potenciar la diversidad de culturas.
Luka se ha convertido en un héroe nacional y puede convertirse en el mejor jugador histórico de su país. Por ahora es el único de su país que ha conseguido levantar el Balón de Oro. Un trofeo miy trabajado en un año para enmarcar el del croata.
La figura de Luka Modric en el equipo
Su papel en el conjunto blanco es esencial. Los éxitos madridistas no se explican sin él sobre el verde. Primordial en la mayoría de partidos, no se entiende un partido sin él. Se le echa de menos todo el rato y la afición pide a gritos su nombre. Está previsto que pueda tener minutos, aunque Ancelotti quizá le priorice para el partido del domingo ante el FC. Barcelona.
Las hermanas le han seguido la pista siempre que han podido y han celebrado cada victoria como dos madridistas más. Ese chico prácticamente adolescente que se fue de casa para triunfar en el fútbol lo ha acabado consiguiendo y ya es todo un ejemplo para cualquier persona que se lo quiera tomar como tal.
El futbolista nunca se las ha dado de nada y siempre ha trabajado en silencio para superarse cada vez más así mismo. Su humildad y discreción le han hecho disfrutar de su fútbol como si se tratara de un niño pequeño. Modric no se olvida de los valores que le enseñaron en su casa.