Thibaut Courtois ha sido, junto a Karim Benzema, el gran protagonista del Real Madrid de esta temporada. El belga ha sido clave para ganar la Liga y, sobre todo, para ganar la Champions. Sus actuaciones individuales bajo los tres palos sostuvieron al equipo en muchos momentos de las tres eliminatorias ante PSG, Chelsea y Manchester City, y en la final frente al Liverpool fue el mejor jugador del partido realizando hasta nueve paradas de mucho mérito que sirvieron para que Marcelo levantase la Decimocuarta al cielo de París.
Una persona que ha sido fundamental para que Courtois haya rendido a tan buen nivel durante todo el año ha sido el entrenador de porteros madridista, Luis Llopis. Muchas veces solo nos fijamos en el trabajo de los futbolistas, aunque es cierto que ellos son los verdaderos protagonistas. Pero el desempeño de los fisios, de los miembros del cuerpo técnico, utilleros y demás empleados del club, son muy importantes para que los jugadores se sientan cómodos y puedan entrenar y jugar de la mejor manera posible.
Y Luis Llopis ha sido muy importante para Thibaut Courtois. Ha sido el hombre que ha estado pendiente de él siempre, en todo momento, y el que le ha ayudado a mantenerse a tan buen nivel de forma durante todo el curso.
El hijo de Luis Llopis
Algo que la mayoría de la gente desconoce es que el hijo de Luis Llopis también se dedica al mundo del deporte. El hijo del preparador de porteros del Real Madrid es uno de los grandes deportistas paralímpicos de nuestro país, una auténtica figura. Íñigo Llopis nació con una malformación en el brazo y en la pierna que le llevó a pasar por el quirófano en al menos quince ocasiones, pero que no le impidió practicar todos los deportes que le interesaban, incluido el fútbol, donde se colocaba, curiosamente, en la portería.
Luis fue el preparador de porteros de la Real Sociedad antes de regresar al Real Madrid (también estuvo en la primera etapa de Zidane como entrenador). Allí conquistó la Copa del Rey de 2020 ante el Athletic Club de Bilbao en la final, algo que no contentó mucho a Íñigo, ya que él es un gran aficionado del equipo de San Mamés.