En un nuevo capítulo de su autobiografía Luka Modric desvela el talento futbolístico de su padre, algo que parece haber heredado. Aunque no tuvo tanta suerte como él ya que una terrible lesión le hizo tener que apartarse de los estadios cuando era joven.
Luka Modric cuenta que en su infancia lo que más le gustaba era jugar con el balón. Cuando sus padres lo dejaban jugar solo en la calle, la pelota se convertía en su mejor amiga. Con su familia, hacía trucos acrobáticos junto a la casa de abajo en una calle de tierra, en donde podía chutar el balón contra la puerta del garaje de su abuelo. Su padre Stipe, le decía que vieron en él algo especial con el balón cuando tenía solamente tres y cuatro años.
Su padre se rompió el ligamento cruzado cuando era jugador de fútbol
Con la rapidez con la que aprendió las cosas nuevas, solamente le tenían que enseñar una vez a controlar y golpear el balón, después él se encargaba de mejorar sus movimientos.
El padre de Luka Modric también había jugado al fútbol lo hizo en el Rudar Obrovac, un equipo de divisiones inferiores. Su posición era lateral derecho y era un futbolista rápido y enérgico, el cuál difícilmente se cansaba de correr. La mala noticia fue que durante un partido se rompió el ligamento cruzado y ahí terminó su carrera. A día de hoy, la rodilla le sigue dando problemas. Su abuelo Luka también jugaba, aunque él era más bueno en el fútbol sala y tenía un talento especial para el baloncesto.
A día de hoy, Luka confiesa que se defiende la mayoría de los deportes del balón. Aunque también es bastante bueno con el baloncesto y que debe ser algo que le viene heredado directamente de su abuelo.