Fede Valverde y Mina Bonino estuvieron ayer de lo más divertidos junto a su hijo Benicio. No se sabe con certeza si disfrutaron ellos más que el pequeño de la familia, lo cierto es que los disfraces no podrían haber sido mejor escogidos. Mina Bonino optó por caracterizarse de Harley Quinn mientras que Fede eligió el famoso traje del Joker. A Benicio le tocó ser el hombre que salvará al mundo de estos dos, pues iba vestido de Batman.
El vídeo que subieron a sus redes sociales ha sido aplaudido por los seguidores ya que se muestra a una familia muy unida a pesar de lo terrorífica que era la noche. Ya suma más de medio millón de reacciones y es que es normal que la gente se volcara con la joven familia. De primeras aparecían con ropa normal, él con chándal de entrenamiento del Real Madrid, ella con vaqueros y camiseta blanca y el pequeño Benicio con la segunda equipación del Real Madrid para esta temporada.
De repente en un giro inesperado de los acontecimientos se transformaron en los personajes anteriormente mencionados. Eso sí, a diferencia de las muchas fiestas a las que asistieron sus compañeros de equipo, no parece que la argentina y el uruguayo estuvieran ayer de fiesta. Fede sabe lo importante que es el partido del miércoles para el Real Madrid, pues a pesar de haber asegurado el pase para octavos aún falta decidir quién será el primero de grupo.
Una victoria ante el Celtic provocará que el Leipzig no tenga opciones de clasificar como líder de grupo, cosa que espera todo el madridismo. Sin embargo, ha sorprendido a mucha gente que a tan solo 48 horas del partido haya un ambiente tan festivo y que incluso algunos se hayan ido de fiesta. Seguro que Ancelotti dedicará algunas palabras a algún jugador por esta actitud.
Sin embargo, no pasó lo mismo en la casa de los Valverde pues parece que ellos se vistieron por su pequeño pero que pronto se fueron a la cama. Fede es un tipo muy comprometido con el Real Madrid jugando un papel fundamental en los logros de los de Ancelotti esta temporada, de ahí que no quiera despistarse mucho de su verdadero cometido.