Ya no forma parte ni de un truco de magia, ni de cualquier clase de brujería. Que Fede Valverde la rompa en cada encuentro es una auténtica realidad. Su fútbol ha enamorado a muchos y parece ser que ha venido para quedarse.
Tras unas temporadas a un nivel estratosférico todo hace indicar que el uruguayo la va a romper. Ya lo está haciendo en cada partido que juega. Ancelotti ya no le saca del once y el vive instalado en la senda del gol. Haciendo gala de su nombre, vuela casi o más que un pajarito y se deja la piel en el campo.
Como todo charrúa, es de los habituales que le gusta beber el conocido mate uruguayo. Una bebida tradicional de su país en la que ya son cada vez más los futbolistas que la toman.
El mate uruguayo, es el amuleto de Fede Valverde
Completamente sana, es el ritual que ha emprendido Fede antes de cada cita deportiva. Es uno de sus imprescindibles y hasta su chica, Mina Bonino, ya lo ve como un amuleto de la suerte.
Así lo difundió en su Tik-Tok. Lo tiene muy claro. Seguro que de esa bebida nació la inspiración para anotar su gol en el derbi. Si ha de ser así que se lo siga tomando todos los días.
Como diría una argentina como Mina: “Qué bueno, que viniste”. La concentración, la fuerza mental y la capacidad psicológica para superar cada barrera, es algo que tiene muy presente el todoterreno blanco en todo momento.
El uruguayo es capaz de jugar en cualquier posición del terreno de juego que se proponga. Su físico es óptimo para triunfar en la élite. En esta campaña es ya una de sus más goleadoras y ha empezado el curso enchufadísimo, demostrando su valía en cada momento decisivo.
Fede Valverde se hace grande en las dificultades
Con la ausencia de Benzema ha conseguido ser una de las soluciones arriba y tanto en las citas de: Mallorca, Leizpig y Atlético vio portería y abrió la lata en dos de ellos.
El público le adora y se ha convertido en una pieza clave merengue. Cuatro goles en nueve partidos disputados con dos asistencias de mucho mérito. En este inicio de campaña acumula ya los 700 minutos disputados.
Ha sido titular en ocho encuentros, de los cuales seis los ha completado todos. En el que menos tiempo participó fue en el estreno liguero en casa ante el Betis, cuando Ancelotti le concedió la última media hora de juego. Aunque consiguió repartir una asistencia, la del segundo gol que transformaría Rodrygo.