La historia de Luka Modric no es muy fácil de contar. El croata de vez en cuando regresa a su pueblo, en donde se reencuentra con sus primeros recuerdos que son cálidos, pero a su vez dolorosos. Historias que aún a día de hoy, les cuesta mucho compartir con sus hijos en el futuro habrá cosas que pueda contarles, pero todavía no.
La historia de Luka Modric y sus abuelos
El centrocampista de Real Madrid vivía en el pueblo de Zatón, Obrovacki, en un pequeño edificio asentado en una curva de la carretera. Cuando vuelve a su pueblo, se puede ver la casa desde una aldea llamada Modrici, el hogar de sus primos, el cual se encuentra casi todo quemado y en muy mal estado.
El área circuncidante continuó siendo un campo minado tras haber pasado casi treinta años de su abandono la casa perteneció a los abuelos de Luka Modric, Gela y Luka, del cual heredó su nombre se dedicaban al cuidado de ovejas, cabras y gallinas.
El abuelo de Luka Modric fue asesinado por las fuerza serbias, conocidos como Chetniks, apenas a unos metros de la puerta de su casa con 66 años. Luka Modric recuerda que su padre le pidió que lo besara cuando estaba en él ataúd, pero que no es su único recuerdo. También pasó mucho tiempo con él, durmiendo en su casa, jugando con él, incluso saliendo de casa, pasaba mucho tiempo con su abuelo cuando sus padres estaban trabajando y guarda muy buenos recuerdos de su infancia, pese a que lo perdió con seis años.