Aurélien Tchouameni, recién llegado al Real Madrid, ha 'metido' al enemigo en casa. Y no, no nos referimos a su gran amistad con Jules Koundé, uno de sus mejores amigos y recientemente aterrizado en el FC Barcelona. Nos referimos a otro ex del Barça con el que el centrocampista francés mantiene una excelente relación de amistad: su ex compañero en el Mónaco, Cesc Fábregas.
El jugador madridista y su antiguo compañero en el equipo monegasco mantienen una relación muy estrecha y hablan con frecuencia, prácticamente a diario, desde que separaron sus caminos. Tchouameni firmó con el Real Madrid, convirtiéndose en una de las grandes apuestas del club blanco para los próximos años, mientras que Cesc abandonó el Principado para convertirse en jugador del Como 1907, de la Serie B italiana.
A pesar de que ya no entrenan juntos cada día ni comparten vestuario, durante el tiempo que estuvieron juntos en Mónaco entre ellos nació una bonita amistad y mantienen el contacto de manera casi permanente.
Tal y como ha podido confirmar Planeta Real Madrid, Tchouameni siente un gran cariño por Cesc y su familia y considera al ex del Barça uno de sus grandes amigos en el mundo del fútbol. Tanto con él como con Koundé tiene una relación que traspasa los límites de lo futbolístico. Así empieza a sucederle con algunos compañeros en el Madrid, como Camavinga, Vini, Rodrygo o Valverde: los jóvenes van haciendo piña y son uña y carne entre ellos.
Cesc Fábregas pudo fichar por el Real Madrid
Cabe recordar que Cesc Fábregas, aunque jugó en el Barça y se formó en La Masía, hizo la mayor parte de su carrera entre Inglaterra y Francia y pudo jugar en el Real Madrid hace años, especialmente durante la etapa de Ramón Calderón al frente del club. El ex presidente prometió fichar al por entonces jugador del Arsenal, pero su promesa no se cumplió.
No obstante, el jugador no era reacio a llevar a cabo la operación y estuvo muy cerca de llegar al Santiago Bernabéu en varias ocasiones. Él mismo llegó a admitir que fueron cuatro las veces que el Madrid llamó a su puerta.
"Las dos primeras me pillaron muy joven y yo pensaba que le debía mucho a Wenger y al Arsenal. La tercera fue cuando yo había tomado la decisión de fichar por el Barcelona pero incluso aun así estuvimos hablando. A mí siempre me gusta escuchar a todo el mundo, seria una falta de respeto no hacerlo, sea quien sea", confesó en una entrevista a Cadena COPE.
"En el fútbol la vida da muchas vueltas y en el futuro no sé con quién me voy a encontrar y el respeto se lo merece todo el mundo. Desde el Madrid siempre ha habido un trato muy bueno hacia mi persona, tanto Florentino Pérez como Ramón Calderón y siempre agradecido de que ellos hayan apostado tan fuerte por mí, pero no pudo ser", explicó.
Ahora, ha 'metido la cabeza' en el club blanco de alguna forma con la presencia de Tchouameni, su gran amigo y del que habla maravillas siempre que le preguntan.