El jugador más alto de la plantilla tiene una envergadura de dos metros y juega en la portería. De nombre Thibaut y de apellido Courtois, defiende la meta blanca desde 2018. Cuatro años después sigue a un excelente nivel como el que mostró desde que aterrizó en la capital.
No era su primera experiencia en la Liga, antes había pasado por su vecino, el Atlético y entre medio por el Chelsea en Inglaterra. Su rendimiento sobre el verde, le hizo brillar para que grandes equipos se fijaran en él. El Real Madrid buscaba guardameta y en medio del remolino en la portería, apareció la opción del belga que no dudó en salir de Londres y ponerse los guantes para volver a la competición doméstica, pero esta vez en el equipo adecuado.
El nivel de Courtois está por las nubes
Sus prestaciones eran perfectas y encajaban con lo que el Real Madrid andaba buscando. Un portero joven, de garantías con buen juego de pies, rápido y con reflejos. Un cartel de bienvenida excepcional para que todo el mundo pudiera disfrutar de él.
Algo tímido en su presentación, destacaba por su contundente altura. Esos dos metros no le hacían pasar desapercibido como a él le hubiera gustado. Aunque esta característica le ha permitido lucirse a las mil maravillas para salvar a su equipo en más de una ocasión.
Con los rojiblancos, ya se ganó varios apodos, aunque el último que se le conocía era el de “jirafa”. ¿Conoces los otros dos? Todos son nombres de animales y destaca porque son especies muy diferentes: palomo y tortuga son los otros nombres. ¿Por qué le llamaban así?
Courtois fue conocido por otros apodos durante un tiempo
Si empezamos por el primero descubriremos que esta anécdota surge desde que el portero llegó por primera vez a la Ribera del Manzanares sin saber ni pizca de español. El belga, resulta que una de las primeras palabras que aprendió fue el nombre de la ave y fue entonces cuándo empezó a repetirla a todos sus compañeros continuamente.
La broma llegó a tal punto, que decidieron llamarle “palomo” al guardameta. Incluso en algunos partidos se había escuchado cómo le llamaban de esa forma. Con ese apelativo se quedó nada más llegar, aunque con el tiempo fue evolucionando a otros, como el de “tortuga”.
Esto vino a raíz de que el ex madridista Reyes, consideró que era muy difícil pronunciar su verdadero nombre y por ello, prefirió llamarle como el reptil. Así se quedó para los más cachondos, que como Falcao se intercambiaban varios piques.
El colombiano, al que llamaban “Tigre”, también era tarea fácil vacilar con su apodo. Así surgieron estos curiosos nombres que con el tiempo, tan solo quedaron en una anécdota curiosa. Ahora Courtois está para otras cosas más allá que referirse a él con nombres de animales.