En el documental de su vida donde su familia respondía a ciertas preguntas acerca de cómo había sido la infancia del jugador del Real Madrid, Fiebre Maldini, en el año 2018 nos cuenta que Carlos Henrique Casemiro fue un niño con una infancia bastante dura. Obligado a crecer sin padre, con su primer sueldo decidió comprarle una casa a su madre, la persona que fue su gran protectora durante toda su vida.
La historia del padre de Casemiro es bastante dura, ya que nunca estuvo presente. Su madre tuvo tres hijos con tres padres diferentes y ninguno de ellos se encargó de los niños, el jugador del equipo blanco era el mayor y por tanto tuvo que hacerse más cargo de sus hermanos al no existir esa figura paterna en su casa.
Tuvo que cuidar de sus hermanos pequeños
Unos tiempos bastante difíciles teniendo en cuenta que se había criado en uno de los barrios más humildes de Brasil y también de los más conflictivos. De hecho, parientes cercanos a él, temían que, de no haber aparecido el fútbol en su vida, Casemiro hubiera tirado por las ramas de la delincuencia como modo de vida para salir adelante.
Finalmente, esto no sucedió, y el fútbol irrumpió en su vida para regalarle una de las mejores experiencias que un aficionado puede vivir: llegar a convertirse en profesional. Pese que tuvo que enfrentarse unos problemas que no le correspondían para su edad al hacer de padre del resto de sus hermanos, ya que ninguno de los tres estaba presente, Casemiro siempre se muestra muy agradecido con su madre y con su familia por la vida que ha tenido, aunque haya sido de esa manera.