Eder Militao y Karoline Lima, hace ahora casi cuatro meses que formalizaron su ruptura. Entonces era verano y el jugador acababa de pasar unas vacaciones en las que se pilló en situaciones incómodas para el honor de la chica. Su decisión fue dejarlo ir y que cada uno reanudara su camino por su lado. A pesar de tener una hija en común, consideraron que no había forma de reconducir la situación.
A todo esto el jugador se refugió en el fútbol y poco a poco se olvidó de lo ocurrido. Ancelotti también le dio minutos a pesar de la llegada de Rüdiger, y parece que el futbolista ha conseguido estabilizarse de nuevo en la normalidad. Si el deporte es su principal distracción, los compañeros de vestuario han sido un ejemplo para él. En especial uno, David Alaba.
David Alaba ha sido imprescindible
El jugador austríaco ha conseguido levantarle el ánimo a su compañero de zaga. A pesar de no estar de acuerdo con el comportamiento que tuvo el brasileño, ha sido un apoyo fundamental para que el central tenga un respiro de todos sus problemas.
Parecía que entre sus respectivas parejas también había muy buen feeling y más de una vez coincidieron en alguna cena conjunta. Alaba ha sido una pieza fundamental para la rápida recuperación del central. Ahora al jugador se le ve más centrado. No ha dejado de lado a su hija, de la que desde un primer momento cuido de ella y consiguió darle todo su cariño para que tuviera sus primeros meses de vida de ensueño.
La relación con Karoline parece irrecuperable, pero al menos habrá esa cordialidad entre ambos. David Alaba puede ser el perfecto mediador para que esto no haya ido a mayores. Su actuación en el clásico demuestra su mejor versión y le ha vuelto a colocar en el escapeate de los mejores centrales del mundo. Tan solo tiene 24 años y toda una vida por delante, pero si de alguien no se va a olvidar es de la figura de hermano mayor que está ejerciendo su amigo y compañero David Alaba. Ambos siempre se han cubierto las espaldas.
El grupo humano del Real Madrid
Si por algo se define el éxito del Real Madrid y sus jugadores, es por la buena sintonía que hay entre ellos. La llegada de Ancelotti al vestuario, significó la recuperación de una contienda que parecía que se esfumaba, pero que con trabajo y esfuerzo cada uno ha permitido sacar lo mejor de sí.
Aventajar en quince puntos al líder, no es casualidad. Ganar una Champions de la forma que la ganaron tampoco. El grupo humano que tiene el vestuario blanco es admirable.