Mishel Gerzig se abre en canal para una entrevista en Hola, en donde nos desvela muchos detalles acerca de su vida en las pasarelas, como se inició en la moda y su trayectoria por el mundo militar, en donde tuvo que pasar dos años.
Se inició en la moda cuando tenía trece años, su madre recibía propuestas para que posara, pero tenía miedo de introducirla dentro de ese mundo siendo tan pequeña. Finalmente decidieron intentarlo y sus padres tenían que conducir hasta cinco horas para llevarla a sesiones de fotos. A los dieciséis años firmó con agencias de modelos en Milán y Miami y su madre decidió dejar su trabajo para acompañarla en su sueño, algo en lo que ella siempre les estará agradecida.
Le costó mucho compaginar su carrera y sus estudios se tuvo que haber de muchas fiestas y viajes escolares, pero fueron sacrificios necesarios en su carrera y no se arrepiente de ello.
Su vida cambió muchísimo tras su paso por el ejército
Durante dos años tuvo que suspender su carrera como modelo y unirse al ejército, siendo capitán del barco de rescate en la Fuerza Naval y teniendo 15 soldados bajo su mando. Fue la mejor época de su vida y también la más dura, ya que apenas podía ver a su familia ni a sus amigos, pero lo que hizo fue muy importante y algo de lo que se siente orgullosa. Conoció a gente estupenda, de la que todavía conserva su amistad y rompió los estigmas de ser militar y mujer, demostrándose a sí misma que era más fuerte de lo que ella pensaba.
Es su caso, el ejército le otorgó una gran disciplina, le enseñó el valor del trabajo en equipo, el amor por su país, sus compatriotas y su familia. Aprendió lo que es el trabajo duro y la verdadera responsabilidad. Hubo momentos en los que se derrumbó, pero ahora cuando mira hacia atrás puede ver que es una mejor persona.
Tras acabar su carrera en el ejército de su pais, tuvo otra oportunidad a su vida como modelo. Empezó a trabajar, a volar por todo el mundo, pero un día en un avión, camino al trabajo se empezó a sentir muy mal, no podía respirar, con visión borrosa, taquicardias y sin poder sentir su cuerpo. Estaba sufriendo un ataque de pánico. Fue un año bastante duro en su vida y gracias al apoyo de su familia y sus amigos pudo combatirlo, trabajando en su salud mental.
Leyó mucho acerca de los ataques de pánico y aprendió a practicar meditación y respiración, entonces cada vez que lo recibe sabe cómo reconocerlo, respirando y hablándose a sí misma.
Anima al resto de personas que lo sufren a hablarlo, a compartir lo que les pasa con sus seres queridos y que acudan al psicólogo, algo de lo cual nadie se debe avergonzar, ya que la salud mental es tan importante como la física.