Fede Valverde y Mina Bonino se conocieron a través de las redes sociales y el flechazo fue inmediato, aunque la periodista reconoce que no todo es tan bonito como parece, pues, al comienzo de su historia de amor con Federico Valverde le entraron ciertas dudas debido a la diferencia de edad: ella es cinco años mayor que él. "Cuando me dijo que tenía 20 años casi me muero, porque tengo 25".
Pero eso no ha sido un motivo para que su amor se detuviera, ya que desde que se conocieron la periodista y el futbolista se han vuelto inseparables. Hasta el punto de que la Argentina decidió dejarlo todo, hasta su ciudad de residencia para volar hasta la capital de España y poder acompañar a su pareja cuándo fichó por el Real Madrid para estar a su lado y apoyarle.
Lo dejó todo en Argentina por estar con Fede Valverde
La argentina decidió dejar todo por el uruguayo y mudarse a la capital de España para vivir su historia de amor y tratar de consolidar lo que se había forjado a través de las redes sociales. La pareja de Federico Valverde se ha sincerado en algunas entrevistas que ha concedido y ha dejado claro todo lo que vivió con el astro del Real Madrid, a través de su romance a distancia y por todo el proceso que pasó hasta que por fin se conocieron.
Mina Bonino cuenta las dudas que le asaltaron cuando decidió viajar a Madrid para conocer a Federico Valverde, confiesa que llegó a preguntarse: "¿Qué estás haciendo?, ¿cómo te vas a ir si no lo conoces?". Algo natural que le surgió mientras hacía el viaje para conocer al que el día de hoy es el amor de su vida. La periodista paso cinco días con él en Madrid y al volver a Argentina decidió regresar a la capital española, para pasar juntos quince días más. A día de hoy se siente afortunada y admite que, "menos mal que no le hizo caso a su madre".
Mina Bonino explicaba que "nadie le garantizaba que Fede la fuese a esperar por siempre, mientras estuviera trabajando, cumpliendo sus sueños profesionales y que es horrible depender de alguien y que te mantengan".
Otra curiosidad que apunta es que no se siente como parte dentro de las gradas españolas, que las mujeres españolas acuden al fútbol muy bien vestidas y arregladas mientras que ella gasta unos pantalones rotos, con unas zapatillas antiguas. También señala que las españolas son mucho más cerradas en cuanto a caracter que las argentinas o las uruguayas, con las que es más fácil iniciar una conversación. Un choque tanto cultural como de estilismo que parece no adaptarse mucho a la periodista argentina y que podría echar de menos de su tierra.