Luka Modric cuenta en su biografía llamada Mi partido, escrita en 2019 por Roberto Matteoni, después de las palabras de Mandzukic y los gritos de la afición, cuando bajó del podio con la medalla de sub campeón del mundo se acordó de su abuelo también llamado Luka Modric, pastor de ovejas y cabras de Zaton Obrovacki.
El dieciocho de diciembre de 1991 este hombre es de 66 años se encontraba a primera hora con el rebaño cuando vio venir a un grupo de chetniks, paramilitares serbios en varios coches.
La historia de su abuela
Los mercenarios se bajaron fueron corriendo hacia él y le gritaron: ¿Quién eres, qué estás haciendo aquí? Esta es una tierra Serbia, muévete. Y le dispararon varias veces.
Su familia supo que algo no marchaba bien cuando las ovejas volvieron a casa. Ahí, a los seis años quedó destrozada la vida y la infancia de Luca Modric, el cuál solía sacar los animales con su abuelo, ayudar en la casa, huir de las víboras que se encontraban en los barrancos y reírse con una de las historias de su abuela Jela.
La mujer nada más nacer su nieto Luka, cuenta que se vino arriba, bebiéndose dos chupitos por primera vez en su vida. Se empezó a marear y acabó ingresada en el hospital de Zadar por deshidratación.